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Me quito la ropa y entro en la ducha, abriendo el grifo. Espero paciente a que el agua se caliente, pero para mi decepción, sale fría.
Me abrazo a mí misma mientras continúo esperando. Aunque es verano, siempre he sido de esas personas que prefieren ducharse con agua caliente, sin importar el clima. Maldigo en voz baja cuando, después de varios minutos, llego a la conclusión de que no hay agua caliente en la cabaña.
Envuelvo rápido una toalla alrededor de mi cuerpo antes de salir de la ducha. Mi cabello cae a ambos lados de mis hombros mientras me miro en el espejo, observándome hecha un desastre. Anoche fue mi primera noche aquí y mi espalda sufrió mucho con el colchón inflable. Todo lo que necesitaba era una buena ducha y ahora ni eso puedo tener.
—Tal vez no debería bañarme. —Me huelo las axilas—. Con un poco de perfume se arreglará —susurro.
Salgo del baño y deshago el nudo de la toalla, viéndola caer en el suelo. Me acerco al maletín y me agacho, buscando qué ponerme.
—Mila, ¿estás lis...? —Escucho el sonido de la puerta y un grito sale de mi boca.
—¡Dios! ¡No! —Me escondo detrás del sofá, cubriéndome el cuerpo con las manos—. ¡Largo!
Jake está estático con la mano sobre la manija de la puerta y mirándome sin reaccionar.
—¡Hey! —Parpadea varias veces y se da la vuelta para salir, pero vuelve a detenerse y me mira.
—Lo siento. —Se va y me llevo las manos a la cara, ahogando un grito de frustración.
Me vio el maldito trasero, y aunque no lo vi mirándome, creo que fue evidente porque estaba agachada de espaldas a la puerta y él la abrió, así que seguramente me vio.
¡Maldición! Qué vergüenza.
Me cambio rápido y salgo de la cabaña con el ánimo por los suelos, en especial al darme cuenta de que está lloviznando. Trato de pasar desapercibida cuando entro en la casa y subo corriendo las escaleras, adentrándome en la habitación de Jake sin tocar, de lo cual me arrepiento cuando lo encuentro masturbándose en la cama.
—Wow, qué grande —exclamo sin pensar, llevando las manos a mi cara para evitar seguir viendo.
¿Por qué dije eso? ¿Qué me pasa? Mi corazón está a punto de salirse de mi pecho.
Lo escucho maldecir y me volteo, quedando de frente a la puerta. Aún sigue maldiciendo, y aparto las manos de mi rostro, fijando la mirada en la madera.
—Yo no... —me interrumpo. Todavía no he superado lo que acabo de presenciar—. No quería... — Las palabras no salen de mi boca.
Escucho pasos y reacciono cuando siento su aliento en mi cuello.
—¿Qué ibas a decir? —Me toma de los hombros y me gira.
—Nada —susurro, observando sus ojos. El gris predomina en esta ocasión—. Solo quería decirte que no hay agua caliente en la cabaña. —Trago con fuerza al notar sus pupilas dilatadas—. Y que lamento haber entrado así.
—Supongo que estamos a mano.
—Me parece bien. —Asiento, pretendiendo que nada ha sucedido.
—Puedes ducharte aquí si quieres. —Examino su rostro y su cabello despeinado—. Prometo no entrar sin tocar. —Rio y creo que intenta hacerme sentir tranquila.
Ver eso en persona es bastante impactante.
—Gracias. —Camino hacia su baño y noto que me sigue con la mirada.
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| 1 | LOVE: LA NOTA PERFECTA ✔️
RomanceEn una noche llena de energía y pasión, un ardiente concierto de rock se convierte en un torbellino de emociones. El escenario se enciende con la presencia de un vocalista irresistible, malhumorado y cubierto de tatuajes, cautivando corazones y atra...