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Estaba en mi habitación estudiando cuando mi móvil sonó. Lo miré y suspiré al darme cuenta de que era una llamada de Taylor. Ignoré la primera, la segunda y la tercera. Sin embargo, cuando timbró por cuarta vez, no tuve más remedio que contestar.
—¿Qué? —respondí sin ánimo.
—¿Vas a venir?
—No, estoy estudiando. —Se produjo un largo silencio—. ¿Qué sucede, Taylor?
—Estamos afuera de tu casa.
Estamos. Me levanté del escritorio y me acerqué a la ventana, moviendo las cortinas para ver afuera. Una camioneta negra estaba estacionada, con las luces apagadas para no llamar la atención.
—No te enfades.
—Estoy enfadada. Te dije que no iría.
—Dijiste que lo pensarías.
—No quiero ir. —Cierro las cortinas y me alejo de la ventana.
—Tus padres deben de estar durmiendo. Nadie se dará cuenta de que saliste.
—Tay... —Un sonido me hace girar enseguida.
Un cuerpo humano entra por mi ventana, y abro los ojos al darme cuenta de que ese cuerpo humano es Jake.
—Tienes que irte —susurro casi gritando. Lo alcanzo e intento empujarlo, pero es inútil porque no se mueve. Cuelgo la llamada y lo miro con temor, desviando la mirada de vez en cuando hacia mi puerta, asegurándome de no escuchar pasos acercándose.
—Lo haré, pero contigo.
Me mira con ese gesto suyo tan serio y amargado.
—No tiene gracia, Jake.
Él está en mi casa y en mi habitación.
Noto cómo examina todo, lo cual solo logra ponerme más nerviosa de lo que ya estoy.
—Nunca dije que fuera gracioso. —Me observa—. Date prisa y cámbiate, o llegaremos tarde —dice mirando el reloj en su muñeca.
—Para empezar, tú no me mandas; segundo, ya les dije que no iría.
—Bueno, entonces yo tampoco iré. —Camina hacia la cama y se sienta sin dejar de mirarme. Observa los pósteres y frunce el ceño. Luego, vuelve a mirarme—. Yo tengo los mismos.
—Lo sé —respondo.
Detalla el piano y sus ojos se entrecierran un poco.
—¿Tocas? —pregunta.
No respondo.
Veo que comienza a detallar las paredes, las cuales combinan el rosa con el negro en un tapiz de rayas de forma vertical. Luego observa mi cama, la cual está cubierta por un edredón rosado, un tono más intenso que el de la pared.
—Ahora comprendo por qué rosa —murmura para sí mismo en voz baja, pero pude escucharlo.
—Tienes que marcharte, por favor. —Me mira—. Si mis padres te encuentran aquí, me meterás en un lío
—No me agradó tu mamá —confiesa, y lo miro mal.
—No es mala, solo... un poco complicada. —Entrecierra los ojos, todavía viéndome—. Hoy me dijiste que te daba igual si iba o no —me atrevo a decir.
—Eso era antes.
—No te entiendo. ¿Antes de qué?
—Ya lo hablaremos —Nos miramos y al ver que no obtendrá nada con esa simple respuesta, añade—: Es divertido molestarte.
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| 1 | LOVE: LA NOTA PERFECTA ✔️
Storie d'amoreEn una noche llena de energía y pasión, un ardiente concierto de rock se convierte en un torbellino de emociones. El escenario se enciende con la presencia de un vocalista irresistible, malhumorado y cubierto de tatuajes, cautivando corazones y atra...