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Los gritos se intensificaron cuando aquel chico hizo su entrada en el escenario. Y viéndolo, supe que era imposible no fijarse en él. Sus ojos fueron lo primero que llamó mi atención. Eran extraños, pero a la vez intensos y penetrantes, escudriñando a la multitud de mujeres que lo aclamaban.
Su rostro era serio, demasiado, pero, por un breve segundo, pareció dejarse llevar y disfrutar de lo que causaba, ya que se mostró divertido.
Su cabello era negro y desordenado, lo cual me hizo contener la respiración cuando se pasó la mano por él de forma seductora, enredándolo aún más y provocando que las chicas volvieran a gritar. Aquel gesto y su mirada le otorgaban un atractivo arrollador. Vestía de forma sencilla, como si fuese consciente de que no necesita resaltar, ya que con su belleza bastaba: Una camiseta negra, pantalones largos del mismo color y unos tenis blancos componían su atuendo básico.
Ya había visto fotos de él cuando Taylor me lo mostró junto al resto de la banda, pero tenerlo frente a mí en persona era...
Mi garganta se secó cuando la camiseta se le levantó levemente al acomodar las cuerdas de su guitarra eléctrica, revelando un destello de su abdomen. Mi atención seguía clavada en él, incapaz de apartar los ojos, especialmente cuando noté algo intrigante: tenía tatuajes que serpenteaban por la superficie posterior de ambos antebrazos, extendiéndose hasta las palmas de sus manos. Era como si estuviera presenciando a un dios del rock en carne y hueso.
El rubio se organizó detrás de la batería, el castaño se acomodó el bajo y el que parece Dios del rock se acercó al micrófono.
«Lo tengo frente a mí».
—Seattle. —Su voz resuena en el aire, seguida de una pausa tensa—. ¿Están listos para esta noche?
Y entonces, su rostro se ilumina con una sonrisa cautivadora, sensual.
¡Maldición! También tiene una sonrisa increíblemente seductora.
Mientras continúa, dirige su mirada hacia sus compañeros y señala al rubio.
—Él es Tom, nuestro baterista —lo presenta de forma directa y concisa. Tom golpea la batería, provocando un estallido de emoción entre la multitud—. Matt, nuestro bajista —dice, señalando a Matt, quien hace resonar las notas del bajo, aumentando la euforia en el ambiente—. Yo soy Jake, el guitarrista y vocalista.
Empieza a tocar, creando un ritmo tan electrizante que todos nos dejamos llevar, saltando al unísono.
—Somos Rockers —Su voz rezuma autoridad y un toque de sarcasmo mientras su mirada se desvía de soslayo hacia Tom, quien no puede contener la risa ante su tono sarcástico.
Taylor y yo nos miramos y no podemos evitar reír.
Sí, el nombre puede que no nos convenza del todo, pero encaja a la perfección con ellos.
Una chica gritó «¡Te amo, Jake!» y él le regaló una media sonrisa casi imperceptible, pero al estar tan cerca, pude percibirla durante el breve instante que duró.
La primera canción comenzó y la multitud enloqueció. Su música era rápida y la voz del vocalista encajaba a la perfección. Jake cantaba de una forma increíblemente sensual.
Seguía sin poder apartar la mirada de él. Era evidente que seducía con sus ojos a todas las seguidoras que lo admiraban.
Taylor y yo saltábamos desenfrenadamente con cada canción. Todas eran geniales y no podíamos dejar de bailar y cantar a todo pulmón mientras iban cambiando de canción. Aunque no conocía todas las letras, encontraba la manera de unirme a los coros y disfrutar al máximo.
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| 1 | LOVE: LA NOTA PERFECTA ✔️
RomanceEn una noche llena de energía y pasión, un ardiente concierto de rock se convierte en un torbellino de emociones. El escenario se enciende con la presencia de un vocalista irresistible, malhumorado y cubierto de tatuajes, cautivando corazones y atra...