| 1 | LOVE: LA NOTA PERFECTA ✔️

22 - ★

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—¿Estás bien? —Asiento, mirándola a los ojos.

—Sí —respondo.

—¿Segura? Es que te ves rara —Taylor hace una mueca y entro a la cabaña, dejándola atrás.

Debería contarle, pero me da vergüenza.

Tengo el corazón acelerado solo con la idea de ver a Jake. Entro y lo primero que hago es buscarlo, pero todavía no ha llegado. Solo están Matt y Tom hablando sobre algo que no alcanzo a escuchar.

—Mila —insiste Taylor, plantándose frente a mí. Me está examinando como si quisiera encontrar algo, y luego sus ojos se detienen en un punto—. ¿Qué te pasó en la mejilla?

¡Mierda! Me había maquillado para que no se viera, y cuando me recogió temprano esta madrugada, pensé que lo había logrado porque no me preguntó nada, pero veo que no funcionó. Amanecí con una marca enorme en la mejilla, justo donde mi mamá me abofeteó. Mi piel es bastante pálida y cuando me lastimo o, en este caso..., me lastiman, se nota bastante.

—Nada —sonrío—. Dormí con la mano sobre la mejilla y me quedó la marca.

—Mmm —No me cree.

Matt la rodea por detrás y agradezco el momento para huir e ir con Tom.

—Hola —saludo.

—Hola —Me sonríe.

La puerta se abre y todos nos volteamos para ver a un Jake recién bañado haciendo acto de presencia, luciendo unos pantalones gastados y una camiseta negra sin mangas que resalta sus fuertes brazos.

Me muerdo el labio inferior, viéndolo acercarse hacia donde estoy. Llega y escapo antes de que haga preguntas. Tom empieza a hablar con él y mientras organizo el micrófono y todo lo demás, noto que me está viendo. Es como si no le estuviera prestando atención a Tom.

Trago fuerte, apartando la vista.

Me impaciento. Quiero empezar rápido para poder irme igual de rápido.

Su aroma me invade y levanto la vista, encontrándolo a mi lado con los brazos cruzados y la mirada sobre mí.

Está serio y aunque su rostro es digno de admirar, no puedo evitar observar cómo se le marcan los tatuajes de los antebrazos. Es tan... tan... No existe palabra que pueda describirlo porque está fuera de este mundo.

—Gracias —le digo, desviando mi mirada de su rostro hacia sus brazos.

—Espero que haya ayudado.

—Sí, me quedé dormida —Sonrío, intentando aliviar la tensión, pero él sigue manteniendo su seriedad.

—Me di cuenta —Enarca una ceja, lo que me hace fruncir el ceño.

—¿Qué estás tratando de decir?

—Te escuché roncar —Mi boca se entreabre sola.

—¡No! —Llevo una mano a mi frente, y su expresión seria me hace pensar que lo dice en serio—. Promételo.

Me observa.

—No, bromeo —Ladea un poco la cabeza—. Aunque sí roncaste, pero solo un poco —Entonces sonríe, y eso me hace sonreír también sin apartar la mirada de sus ojos—. ¿Estás bien?

La seriedad vuelve a él.

—Estoy mejor —Y lo miro fijo—. Pensé que no te gustaba bromear.

—Depende de con quién lo haga. —Se aleja, tomando la guitarra eléctrica y acomodándose para comenzar—. Empezaremos con lo básico y al final, Mila y yo les mostraremos algo en lo que estuvimos trabajando —informa eso último a los otros.