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La casa entera estaba hecha de diamante, brillante y jodido diamante una de los materiales más difíciles de romper por lo que mi rabieta usual de convertir en polvo la habitación que me asignaron apenas llegar no fue completada, a esos bastardos no les bastaba tener toda una casa de maldito diamante ellos tenían muebles ¡muebles!

-¿la gatita esta molesta porque no puede romper cosas? - pregunto Ansel desde la puerta su presencia era como un grano en el culo

- ¿Qué quieres? - dije mientras pateaba las plumas desparramadas en el suelo, las almohadas no eran irrompibles - ¿no tienes mejores cosas que hacer?

-mis padres dijeron que debía ser agradable contigo

-entonces vete, tu presencia es jodidamente molesta

-esa palabra otra vez - dijo con una sonrisa burlona - creo que tu tiempo en la casa verde limitó tu vocabulario

-una hora en esa casa y tu terminarías sin huesos sanos - dije - aunque no necesitamos ir hasta ahí llevame a la zona de entrenamiento y te muestro que aprendí algo más que vocabulario durante mis años con los verdes

- no estoy interesado en pelear contigo gatita

-tengo seis malditos nombres usa uno y deja de llamarme así

-¿te disgustan los apodos?

-si- dije pero era mentira, en realidad nunca había tenido uno

-¿Por qué siento que mientes?

-¿enserio no tienes algo mejor que hacer? - le interrogue ignorando su pregunta

- eres interesante

- también soy letal - le sonreí con arrogancia - intenta algo y...

- y me patearas el culo, lo se, lo dijiste ayer

-más vale que no lo olvides-recalque y el tuvo el cinismo de reír

- andando gatita hay alguien que vino a visitarte - dijo apartándose del marco de la puerta y emprendiendo la marcha por el pasillo, una parte de mi esperaba ver a la mujer cuya atención he intentado optener por todos mis medios pero en su lugar encontré a un hombre que no me agradaba del todo.

Culpo a Reyna un 80% de lo ocurrido con Mike el resto de culpa esta repartido entre la heredera de frío, yo y el hombre frente a mi, Vincent Cian, en cuanto al asesino de Mike no tiene culpa asignada por mi, lo único que tiene es una promesa de muerte que pienso cobrar a mi primera oportunidad.

-hola Davina - dijo él con una tensa sonrisa - quizás no me recuerdes soy

-se quien eres - le interrumpí - ella te expulsó del reino ¿Qué haces aquí?

- me pidió recibirte

-¿hablaste con ella? - dije con voz tensa y sintiendo el enojo crecer dentro de mí, once años tratando de que me dedicará un mísero minuto de su tiempo y nada, pero con su ex prometido si habla

-no lo llamaría hablar fue más bien una petición escrita

-una orden - le corregí y la luz de sus ojos se apago un poco, no estaba segura del porqué pero eso me hizo sentir mejor -como su fiel peon tu obedeciste

-es la reina

-si claro, solo por eso le obedeces - rodé los ojos - estoy aquí en una pieza como puedes ver así que ya puedes irte

-ella dijo que dejaste a los naranjas porque su entrenamiento no te ayudaba a desarrollar tu potencial - habló Vincent con voz calmada descartando por completo mi comentario anterior

Detrás De La CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora