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Estaba sangrando y me estaba cansando, sabía que el ganador del torneo de los colores se decidiría por un duelo final, pelea cara a cara con dones, armas y un público numeroso a quien entretener pero no pensé que durará tanto tiempo ni que pelear con Mike fuera tan agotador. La noche antes él y yo habíamos hablado, lo hice prometer que no me lo iba a dejar fácil, hice que jurara dar lo mejor de sí y también nos prometimos mutuamente que sin importar el quien ganara seguiríamos siendo amigos, siempre nos protegieriamos mutuamente, no me arrepiento de esa promesa pero quizás si de la primera, nunca había visto a Mike usar su habilidad sabía que a él no le gustaba "mi habilidad solo destruye" había dicho cuando a penas iniciabamos a conocernos y jamás volvió a surgir el tema, en retrospectiva no fui la persona más inteligente al meterme en una pelea con dones desconociendo el don de mi rival, cuando él hizo explotar mi espada en mil pedazo solo con tocarla sentí que el corazón se me paraba y la sensación de temor aún recorría mi cuerpo, una parte de mi no huía del filo de su espada, lo hacía de su tacto.

-¡Reyna vamos! - grito alguien en la multitud, hubo más gritos y barullo pero yo solo me concentre en Mike, en esquivar su espada y sus movimientos. Él estaba respirando con dificultad, estaba tan cansado como yo, había perdido la noción del tiempo desde que empezó la pelea y siendo completamente sincera ya quería que terminará.

Yo tenía mis motivos para ganar el torneo, demostrar de lo que soy capaz, llenar de orgullo a mi casa, hacerle honor a mi nombre eran algunas pero por su parte Mike también tenía sus motivos el principal era su hermana quien debió estar en este torneo en primer lugar, quien ahora está en el reino de Frío como guardia, Belinda no había tenido una vida facil en la casa Verde en donde buena parte de sus miembro creen que las mujeres son inferiores a los hombre, Mike no concuerda con ellos y si se vuelve rey les guste o no podría hacer cambiar las normas de su casa, vengar a su hermana y traerla de regreso a Arcoíris.

-tacleala Mike ¡es solo una chica! - grito algún hermano de Mike él solo gruñó en respuesta

-¡acaba con esto Iris! - dijo una voz que conocía muy bien, era Vallolet

- comeremos pastel en las cocinas después de esto - le dije a Mike lo suficientemente bajo para que solo él escuchara en respuesta me dio una sonrisa y un leve asentimiento de cabeza, tras eso abrí un portal y entre en el. Use la misma maniobra con la que le gane a Kendrick en el torneo de mi casa incluyendo las flechas y el corte en las piernas "hay sanadores que lo atenderán" fue mi mantra durante todo ese el tiempo, no quería lastimar a Mike como se que él no quería lastimarme a mi el único corte limpio que me dio fue en el brazo y cuando vio sangre en mi murmuró mi nombre como una súplica, vi terror en sus ojos y dejó caer su espada, contraataque para que reaccionara que supiera que era una pelea y que estaba lo suficientemente bien como para devolverle el golpe fue entonces que explotó mi espada no sin antes hacerse una cortada en la palma de la mano.

- ¡Mike! - grito una voz femenina entre el público no era terror por su inminente derrota más bien parecía una orden, una lo susfientemnete potente para lograr que Mike a pesar de sus heridas se pusiera en pie y se abalanzara a mi, esquivarlo fue sencillo por las cortadas en sus piernas apenas podía mantenerse en pie

-Mike - murmurre como una súplica, los sanadores no lo atenderán hasta que la pelea terminará

-hazlo - dijo él mirando a la espada que empuñaba y sabía que es lo que quería que hiciera pero no podía ni quería hacerlo. Él no iba a rendirse pelearia hasta el final la única forma en la que lo detendría sería dando un golpe casi mortal.

-Mike - insti de nuevo, los gritos de la multitud a penas me dejaban escuchar mis propios pensamientos

-hazlo - insistio de nuevo antes de correr directo hacia mi con las manos al frente, fue instinto levartar la espada cuando me di cuenta del movimiento cerré los ojos, fue cosa segundos pero al abrirlos mi espada estaba en el torso de Mike y lo atravesaba, el cayó de rodilla y yo suprimi un grito.

Detrás De La CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora