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Edward

Los vengadores salieron a una misión, y como no Iron Man no me ha dejado ir. Me parece raro que Cassandra esté aquí.

Encendí el Ipad y Cassandra la televisión, y puso el canal Divinity. Genial, ahora me tendría que tragar todo lo cursi de ese canal.

- Cassie, cambia de canal. - le dije.

Pero como era de esperar, no me hacia ni puto caso. Ella para molestarme, como no, subió más el volumen.

- Joder - susurré - Cassandra, baja el volumen. No me puedo concentrar. - grité.

- ¿Qué? No te escucho. - me gritó. Pero subió más el volumen.

Será perra, me levanté y me dirigí al sofá. Le quité el mando y apagué la televisión.

- Mucho mejor. - dije volviendo hacia donde estaba antes, pero con el mando en la mano.

- ¡Eh! ¿Qué haces? - se levantó de un salto y vino corriendo hasta mi.

- Me molestaba y lo he apagado. No hay que ser un superdotado para darse cuenta. - me senté en la silla y esperé a que se enfadara de verdad.

- No me refiero a eso. No tienes derecho a quitarme la televisión. - se cruzó de brazos y frunció su ceño.

La verdad, es muy guapa. Todos en el instituto están por ella, pero ellos no saben como es en realidad. Aunque es muy guapa, y esta muy buena, un buen culo, unas buenas tetas. Solo por eso me la tiraría sin pestañear.

- Realmente si que puedo, esta es mi casa.

- La casa de los vengadores. Ya no es tu casa. Dejo de ser tuya cuando los Vengadores existieron. En realidad nunca ha sido tuya. Sería de tu padre pero no tuya - sonrió triunfante.

- Pero YO vivo aquí no tu. - me levanté de la silla ya enfadado.

- Creo que eso es por poco tiempo. - fruncí el ceño.

- ¿Qué?

- Lo que has oído, he escuchado a mi padre cuando hablaba con Sam de mudarnos todos aquí.

Abrí los ojos como platos. Esto no me está pasando, por favor. No puede ser, tengo que hablar con mi padre y convencerlo.

- Eso es imposible.

- Teniendo en cuenta que esta es la torre de los Vengadores en la cual hay demasiadas habitaciones. - explicó ella sentándose en donde yo estaba sentado antes.

- Ese es mi sitio. - la miré enfadado.

- A mi no me hace mucha gracia mudarme aquí, no quiero verte todos los días.

- Créeme yo tampoco te quiero ver todos los días. Ahora levanta de mi sitio.

- No me da la gana - dijo sacando el móvil.

Le agarré del brazo y le quité el teléfono.

- Levanta o lo hago por ti. - dije ya cabreado.

- Que pesado, - rodó los ojos y me miró cansada pero de mi. - eres un niño pequeño. Anda dame el móvil.

- Levanta de mi sitio y te lo daré.

- Joder, dame el teléfono. - exigió. Le cogí del brazo y la levanté de la silla.

- Te lo he dicho por las buenas, y no has querido ahora por las malas - le susurré en la cara.

- ¿Vas a pegarme? ¿Serias capaz de pegar a una chica? - preguntó

Avengers AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora