Cassandra
Después de hablar con Edward, me fui a la cama con un relío en la cabeza. Me gustaba mucho Edward, siempre me ha atraído, pero Byron estaba en mi cabeza. Hemos tenido una conexión desde el principio, tampoco es que nos conozcamos mucho, pero me da la impresión de que lo conozco desde hace mucho más.
Me di la vuelta en la cama, inquieta, di un par de vueltas más y resoplé enfadada. Me quité las sábanas y miré hacia la ventana, justo daba hacia el lago, la luna se reflejaba en el agua y el pequeño viento que había lo movía haciendo ondas.
Escuché como Raina se movía y luego como soltaba un ronquido y seguía durmiendo tranquilamente. La cama de Leila hizo un ruido y la muchacha se levantó, caminó hacia la mía y se sentó a mi lado. Me abrazó.
-¿Qué tal estas?
Ahora mismo, no sabía ni quien era. Suspiré y la miré. Siempre había estado ahí para mí al igual que yo a ella, y prácticamente era con la única que sabía todos mis secretos, y ahora Raina era la otra persona.
-Mi padre me ha mentido toda mi vida, y mi madre básicamente se lo ha callado, haciendo como si nada -solté un suspiro más grande y nos quedamos en silencio unos minutos antes de que volviera a hablar-. Y ahora, Edward me dice que le gusto, y que quiere estar conmigo. Hasta se ha disculpado por su comportamiento machista.
Leila no dijo nada, solo se limitó a abrazarme más fuerte. Yo se lo devolví y nos quedamos en silencio mirando el lago durante veinte minutos. Pero de un momento a otro, su cuerpo se tensó y me soltó lentamente. Luego se miró las manos. Parecía que estaba tratando de decirme algo, la miré a los ojos. Estaban aguados. Me asusté.
-¿Qué pasa? Puedes contarme lo que sea, lo sabes, ¿verdad?
Ella asintió con la cabeza casi llorando. Intentó hablar pero un gemido le salió y comenzó a llorar.
-Te... Tengo que decirte algo -dijo entre sollozos, yo asentí y la abracé-, me voy de la academia.
Yo abrí los ojos sorprendida. La abracé más fuerte y esperé a que continuara. Pero solo se escuchaban sus sollozos.
-¿Por qué? -le pregunté.
Intentó hablar pero no puedo, se metió la mano en el bolsillo de la sudadera. Me acababa de dar cuenta de que no llevaba el pijama, el cabello rizado lo tenía en una coleta baja. Sacó una especie de lápiz o bolígrafo blanco. Espera... No era un lápiz o un bolígrafo.
-Dios, Leila -solté mientras me lo enseñaba-. ¿Cómo? ¿Quién?
Lo miré, positivo. Me llevé una mano a la boca sorprendida. Dios. La miré a ella y la abracé fuerte.
-Dylan -fue lo que dijo. Yo me lo podía creer.
-Metete en la cama conmigo, te sentirás mejor mañana -le dije mientras le dejaba un sitio a mi lado en la cama.
Se deslizó a mí lado dentro de la cama y la abracé hasta que se tranquilizó, luego nos fuimos a dormir. Yo miré mi móvil por última vez, pero se había quedado sin batería. Lo conecté al cargador de mi mesita y me fui a dormir.
A la mañana siguiente, cuando nos levantamos, hablamos con Raina y quedamos en que Leila se lo tenía que decir a Dylan. Así que, el Lunes, ya en la cantina, Leila se acercó a Dylan, que estaba sentado solo, se sentó con él y comenzaron a hablar, pero diez minutos después Edward se sentó con ellos.
Raina y yo nos sentamos en la mesa de Byron y Andrew mientras mirábamos la mesa de Leila. Edward se había levantado y caminaba hacia el buffet para desayunar. Eso le dio una oportunidad a Leila de decírselo a Dylan. Y yo tenía que encontrar la fuerza necesaria para poder hablar con Byron. Justo cuando iba a decirle algo, mi móvil sonó, a la misma vez que el de Byron.
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Avengers Academy
Fiksi PenggemarCuando los Vengadores se dan cuenta de que sus hijos podrían ser muy poderosos, deciden fundar una academia en la que, no solo estan sus hijos, sino casi todos los hijos de los superhéroes. Los Vengadores desean entrenarlos para que sean los sigui...