Avengers Academy

9

Ojo de Halcón

Furia nos ha convocado en la Base de los Nuevos Vengadores, a saber para que.

- Ten cuidado - me dijo preocupada Laura, mi esposa.

- No me voy a una guerra, tranquila - le dije acariciándole los brazos - . Cuida de los niños, no creo que tarde.

- Cooper quería ir contigo, ha mejorado mucho.

Puse los ojos en blanco, me alegra que a mi hijo también le guste el tiro con arco, pero sigo pensando que es muy pequeño.

- Vamos Clint, el hijo de Nat y la hija de Thor están allí. Entrenando.

- No están entrenando exactamente.

- Clint, por favor.

La miré, me miraba con esa cara que no podía resistir. Así que al final accedí. Cuando llamé a mi hijo corrió hacia la salida y se subió al Quinjet.

Me despedí de Laura con un beso y me subí en el Quinjet y despegamos.

- Quiero que me escuches atentamente, Cooper.

- ¡Guau! Esto es impresionante - miraba por el cristal de delante.

Sabia que no me iba a escuchar, y que iba a ir a su bola.

- Cooper, escuchame.

Seguía alucinando con las vistas, sacó su teléfono y comenzó a sacar fotos.

- Frank Cooper Barton, escuchame.

Se giró hacia mí y me miro esperando a que hablase.

- Tienes que estarte quieto, no quiero que te muevas de mi lado en toda la reunión, si quieres después de la reunión te enseño la base. Un tour guiado, ¿de acuerdo?

Mi hijo asintió con la cabeza y siguió haciendo fotos. Yo negué con la cabeza y me reí. Este niño, no se que haré con él.

Eso me hizo pensar en Byron, hacia tanto que no lo veía, estaba en Denver y no sabia que estaba haciendo ni con quien estaba ni nada.

Suspiré, Lila no paraba de preguntar por su hermano mayor, siempre en los peores momentos, y yo no se que contestarle. No entiende la situación de Byron, y creo que hasta que no sea más mayor no lo podrá entender.

Llegamos a la Base de los Nuevos Vengadores, cuando aterrizamos y salimos del Quinjet, vi a Steve hablando con Tony.

- Steve, Stark - los llamé.

- ¿Por qué a mi me llamas por mi apellido y a este - dijo señalando al capi - por su nombre?

Steve y yo nos reímos.

- Porque soy mejor que tu - dijo Steve.

- Ya, eso no te lo crees ni tu - nos reímos los tres hasta que una pequeña voz nos interrumpió.

- Papá, - me giré hacia mi hijo - esto es una pasada.

Steve y Tony se rieron y entramos en la base.

Cuando Nat entró en la sala de reuniones, Cooper corrió hacia ella y la abrazó. Ella le correspondió el abrazo.

- Vaya, Cooper que sorpresa. No sabia que ibas a venir.

- Bueno, sentaos, por favor.

Dijo Nick Furia nada más entró por la puerta. Y eso hicimos todos.

- Os he llamado para tratar un tema con vosotros.

- ¿De qué se trata? - preguntó Thor.

- Han aparecido nuevos muchachos con poderes, están en una base recluidos por H.Y.D.R.A.

- Supongo que tendremos que rescatarlos, ¿verdad? - dijo Tony

- Exacto. Madame Hydra intenta que trabajen para ella. Los quiere entrenar para convertirlos en asesinos - se calló un momento y nos miró a todos - . Quiere mataros a toda costa, quiere deshacerse de vosotros y - se volvió a callar pero esta vez la pausa fue más larga, miró al suelo y luego a nosotros - y quiere deshacerse de vuestros hijos.

- ¿Qué? - dijo Natasha perpleja, la única que se atrevió a hablar.

- Nos estas diciendo que tenemos que salvar a unos críos que lo más seguro no quieran que los ayudemos mientras nuestros hijos están indefensos - soltó Stark.

- Salvar a esos "críos" como dice usted, no es el único punto que vamos a comentar hoy.

- ¿Y cuál es el segundo punto? - dijo Thor desesperado.

- Vuestros hijos se apuntaran a la academia de vengadores. La torre de los vengadores ya no es segura por eso vendréis a vivir aquí al cuartel de los Nuevos Vengadores. Vosotros le daréis las clases.

- ¿Tienen que venir todos nuestros hijos? - pregunté.

- Si, Barton. Todos.

La reunión había terminado, y yo solo podía pensar en Byron y en Barbara, y en como contactar con ellos.

- Si quieres puedo contactar con ella - me dijo Nat cuando se colocó a mi lado.

- Hace años que no hablo con ella, y con Byron tampoco es que hable mucho con él.

- Pues deberías, él debería de estar contigo y con sus hermanos. Y si no lo entiende pues tendrás que hacérselo entender.

- No me perdona que haya abandonado a su madre por Laura.

- No abandonaste a Barbara, solo que dejasteis de estar juntos. Tu te enamoraste de otra persona y ella de su trabajo. No todo puede ser perfecto, mirame a mí. Yo soy un claro ejemplo de la imperfección y de una vida de locuras - se rió, era lo único que podía hacer, ya que sino se pondría a llorar.

- Tu lo tienes fácil, tu la ves todos los días o por lo menos casi. Yo no veo a Byron en mucho tiempo, le mando postales por su cumpleaños y siempre me las devuelve.

- Bueno, todo eso lo podrás arreglar con él ahora mismo.

Le miré con el celo fruncido y ella señaló hacia delante, hacia el cristal que tenia delante. Y lo vi, ahí estaba hablando con Cooper. Sin pensarlo dos veces camine hacia la puerta de cristal que se encontraba al lado de la ventana para salir y saludarlo pero cuando vi a Bárbara me detuve.

Lo hice por instinto, por puro reflejo. Ella miró hacia delante y me vio, me sonrió y me dijo hola con la mano. Luego Byron miró hacia delante y me vio.

- Papá, mira es Byron - me dijo Cooper corriendo hacia mí.

- Lo se, hijo.

- Oye, Cooper ven conmigo - dijo Natasha saliendo por la puerta. Cooper corrió hacia ella y entraron dentro.

- Bueno, yo tengo que ir hablar con Furia. Me alegro de volver a verte Clint - saludó Barbara.

- Igualmente, Barbara.

Ella entró en el edificio y yo me quedé mirando a mi hijo detenidamente. Tenía el pelo negro, estaba mucho más alto desde la última vez que lo vi.

- Hola, papá. Cuanto tiempo - fue él el primero en hablar.

- Mucho, mucho tiempo. Lila te echa de menos. Me pregunta siempre por ti.

- Algún día iré a verla, cuando pueda.

- Espero que no tardes en ver a tu hermana, esta muy pesada últimamente.

- Supongo que no le habrás contado la verdad, ¿no? - yo negué con la cabeza.

- No encontramos el momento apropiado.

- ¡Barton! ¡Tenemoa una misión! - me gritó Falcon desde el Quinjet.

- ¡Voy! - grité de vuelta.

- ¡Capi, vamos! - gritó otra vez Sam.

A lo lejos estaba Steve con Cassandra, supongo que explicándole que se tiene que volver a mudar.

- Hablamos luego - le dije a mi hijo antes de salir corriendo hacia el Quinjet - ¡Vamos, Capitán! - le grité ya desde el Quinjet.