30. Hermanos

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James

Cuando empezó la partida de paintball, Rachel -la hija de Aracne- y yo fuinos por el mismo lado.

Al empezar a hablar, no se por qué, le pregunté si tenía novio o si le gustaba alguien. Ella se paró en seco sorprendida, me miró al girarase hacia mí y frunció el ceño. Luego levanto una ceja y cruzó los brazos. Yo abrí los ojos como platos, ¿que había dicho?

-¿A qué viene eso? Ni siquiera somos amigos.

-Pero podriamos serlo, es decir, el objetivo de la Academia no es sólo saber controlar tus poderes, también es trabar amistad con los hijos de los demás superhéroes.

-Rogers o Romanoff -agitó la cabeza dudosa y se acercó a mí, demasiado, escuchaba mis latidos en mis oidos, las manos me sudaban y un poco de electricidad corrió por mis brazos. Menos mal que ella no podía verlo gracias al mono-, no vamos...

Vi que detrás de ella a unos metros se acercaba uno del equipo amarillo, la cogí del brazo y la aparté, interrumpiendola en el proceso. No estaba acostumbrado a mi velocidad así que me resbalé y Rachel conmigo.

Dio la mala suerte de que caí encima suya, aplastandola. Se dio un golpe en el brazo y me miró con el ceño fruncido y mosqueada.

-¿Qué mierda haces? -me preguntó, puso sus manos en mis brazos, me dio un par de golpecitos para que me levantara.

Eso hice, estiré mi brazo hacia ella para ayudarla pero ella lo rechazó y se levantó sola. Nadie, nunca me había rechazado tanto. No quiere ser mi amiga, y me habla como si le hubiera hecho algo imperdonable.

-Casi te dan, de nada.

-Si no estuvieras entreteniéndome podría haberlo esquivado sola y me hubiera ahorrado comerme el suelo.

-Estabas de espaldas, ¿como pensabas esquivarlo si no estabas ni mirando?

-Sentido arácnido -se exaltó lanzando los brazos al aire.

-Aah, es verdad -me rasqué la nuca y cerré los ojos-. Perdona.

Rachel se dio la vuelta armada buscando al chico de antes. Cuando vio que no la seguía se detuvo y me miró. Tenía el pelo rubio suelto y le caía hacia un lado. Era muy guapa.

-¿Vienes?

Asentí con la cabeza, la pistola la agarré del suelo y me coloqué en posición. Fui detrás de ella cubriendo las espaldas y ella el frente.

Todo estaba muy silencioso, demasiado para mi gusto. Los chicos gritaron y empezados a disparar como locos, por suerte Rachel y yo nos cubrimos. Yo conté hasta cinco, miré a la chica y salimos a la vez, pero no fui lo suficientemente rápido. En vez de bombardear a Rachel fueron a por mí, me llenaron entero de pintura. Rachel se rió y negó con la cabeza divertida. Yo tiré el arma al suelo y me largué de allí.

Después de veinte minutos esperando, vi llegar a Cassandra mosqueada. Le pedí consejo mientras caminabamos hacia el edificio de los Vengadores, donde nuestro padre tenía su oficina.

-¿Nunca te has sentido atraído por dos personas a la vez?

Se quedó callada por unos minutos. La miré, ella me miró.

-Pues así me siento yo -dije después de unos minutos de silencio.

Llegamos a las puertas del edificio de los Vengadores, miré la puerta y luego a mi hermana. Se sacó del pantalón un aparato que parecía una mini pistola. Me miró con una sonrisa. Esa pistola era de la clase que daba mi madre, la clase de espía. Te enseñaba a ser sigiloso, como entrar en sitios sin que te vieran. Era bastante gracioso ver a mis amigos intentar ser sigilosos, les costaba bastante ya que no estaban acostumbrados. Nunca había visto a Cassie ser sigilosa o que supiera entrar a hurtadillas en los sitios, supongo que eso viene de familia.

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