Avengers Academy

1

Steve

Al entrar por la puerta de mi casa lo primero que vi fue a mi hija dormida en el sofá.

- ¿Crees que Muerte se ha unido a Cráneo rojo? - me preguntó Sam entrando a mi casa.

- Depende de lo que esté planeando Muerte - respondí seguro.

Me aproximé hacia mi hija para quitarle el libro de la mano. Adoraba leer, siempre me pedia que le comprara libros y más libros. El último que le compré fue Besar a un ángel de Susan Elisabeth Phillips, es mi pequeña.

- Se parece mucho a ti, menos por él pelo. Es muy guapa. - dijo Sam sentandose en un sillón.

- Me recuerda a su madre - le acaricié su ahora pelo negro, ya que es pelirroja, y la tome en brazos para llevarla a su cuarto.

Volví al salón después de dejar a mi hija en su cama, cuando llegué vi a Sam zapeando. A saber lo que está buscando.

- ¿Qué buscas? - le pregunté sentandome en el sofá donde antes estaba dormida Cassandra.

- Algo entretenido. No creo que Tony nos deje vivir en la Torre Stark.

- Lo se, pero también es nuestra torre es la Torre de los Vengadores y creo que deberíamos mudarnos. Allí hay salas de entrenamiento y muchas habitaciones para todos.

- Si, vamos a decirselo a Tony. - se levantó del sillón y me miró.

No podía dejar sola a mi hija, ahora menos que nunca ya que ha vuelto de entre los muertos Cráneo Rojo, y si me quiere atacar me atacará donde más me duele. Le atacará a ella.

- Sam, no puedo dejarla sola.

- Pon la alarma. - le fulminé con la mirada - Además es hija de un superhéroe, creo que va a saber defenderse.

Tenía razón Cassie sabía más o menos luchar, me lo pensé mejor. Suspiré resignado. Pero no podía dejarla sola, tenía miedo, ella es lo único que me queda.

- Si convencemos a Tony de mudarnos todos a la Torre, estará a salvo. - Ahora si me había convencido.

Otra vez tenía razón, si todos estamos en la Torre no puede pasar nada. Jarvis pondría la alarma y no pasaría nada. Además de que nos avisaría a todos.

- Esta bien. Vamos.

Antes de salir por la puerta la voz de Cassie me detuvo. Se había despertado. Y ahora si que no podré irme porque seguramente se enfadará conmigo por irme por la noche.

- ¿A dónde vas, papá? - me giré hacia ella.

- A la Torre de los Vengadores. Te prometo que es solo un momento.

- ¿A la Torre de los Vengadores? - asentí - ¿Puedo ir?

Me sorprendió su pregunta, normalmente no le gusta ir.

- Raro en ti, pero claro que puedes venir. - se fue por donde había venido a cambiarse supongo.

- ¿Le pasa algo a tu hija? - le miré frunciendo el ceño.

- No, esta de maravilla. ¿Por qué?

- Estaba sudando, además normalmente no quiere venir a la Torre. - ¿Sudando? Yo no la había visto sudando, volví fruncir el ceño. - ¿En serio, no te has dado cuenta?

Negué con la cabeza.

Lleguamos al último piso de la Torre, allí vimos a Ojo de Halcón jugando a un videojuego con Hulk. (Hulk nunca se convierte en humano, se queda en forma de Hulk) Seguramente se habrán apostado algo.