Capítulo 22

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—Sonríe un poco para tu tío Kankuro, bebé —le decía Kankuro con una sonrisa al hijo que adoptaron su hermano y su cuñada, el bebé intentaba ignorarlo pero su tío se le acercaba mucho al rostro, casi acosandolo, ya que estaba en las piernas de Matsuri—. Sonríe, sólo un poco.

—¿Kankuro? —dijo Gaara desde la mesa leyendo el diario de su padre.

—¿Qué? —le hizo muecas al bebé.

—Estás molestando a Matsuri y a mi hijo, sobre todo a mí, que a pesar de estar algo lejos puedo escuchar tus tonterías.

Kankuro bajó la cabeza rendido.

—Intento de ser un buen tío —se comenzó a alejar—. Me rindo.

Shinki mostró una pequeña sonrisa al ver a Kankuro rendirse.

—¡Sonrió! —a Matsuri le divertió ver a Shinki ver a Kankuro rendirse; quién volteó a verlo con sorpresa—. Gaara, ¡tienes que verlo!

Gaara cerró el diario y lo dejó en la mesa para acercarse a su hijo y sonreírle orgulloso al verlo sonreír por las tonterías que hacía Kankuro.

—Te dije que lo haría sonreír —Kankuro le dió un pequeño empujón a Gaara orgulloso. Shinki al ver eso borró su sonrisa.

—Sí, pues parece que no por mucho —cargó a Shinki—. ¿Crees que debemos de correr a tú tío de casa?

—¿¡Qué!? También vivo aquí.

Shinki sonrió.

—Ya no.

Un fuerte portazo llamó la atención de todos, asustando a Shinki como para hacerlo llorar. Matsuri lo tomó de los brazos de su amante y dirigió su vista a Temari que subió las escaleras rápidamente para que no la molestaran con preguntas, mientras intentaba calmar el llanto de Shinki.

—¿Qué demonios le está pasando a Temari? Pareciera que algún chico la rechazó.

—Últimamente a estado así, cuando llega a casa parece extraña, es como si alguien nos hubiera cambiado a nuestra hermana, ya ni nos ve a los ojos.

—¿Crees que esté con algún muchacho?

—Lo dudo, nuestra hermana es una chica muy decente.

—Debería hablar con ella —Shinki continuó llorando en los brazos de su madre adoptiva—, después de calmar a Shinki.

—Vamos Shinki, no fue nada.

—Tesoro, no llores.

—Creo que Temari no es la única que está de malas últimamente —mencionó Kankuro.

• • •

Tenten caminaba por las calles de París desilusionada, decaída, en toda la mañana se sentía fatal, durante días no volvió a ver a Neji después de lo que pasó con su despreciable tío. Kiba la acompañaba junto a Akamaru feliz; quién intentaba subirle los ánimos.

—En un rato tocaremos para que dances y toques tú pandereta, mientras esperamos a Lee y a Shino —le dijo Kiba—. Lástima que Temari no está, con ella podríamos enloquecer este día con buena música y danza... —Tenten miraba el suelo triste, no le estaba prestando atención—. ¿Tenten?, Tenten, ¡Tenten!

—¿Huh? —lo miró tratando de ser fuerte—. ¿Me decías algo, Kiba?

—Olvídalo —suspiró—, más tarde podemos ir dónde Chouji a buscar galletas de avenas y magdalenas, dijo que tendría esta tarde y que nos guardaría una gran canasta. Sé cuánto te gustan las galletas.

Nuestra Vida En París //Sasusaku, Shikatema, Saiino, Gaamatsu, Naruhina, NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora