Nuestra Vida En París //Sasusaku, Shikatema, Saiino, Gaamatsu, Naruhina, Nejiten

Capítulo 25

Shikamaru y Neji se ocultaron tras una de las cortinas, tenían espacio como para moverse y sentirse cómodos. Yahiko se sentó en la mesa mientras lo observaba con recelo.

—Algo me ocultas, Naruto —dijo Yahiko.

—¿Yo? ¿Ocultarle? Jamás lo haría, señor.

—¡Sé muy bien que eres amigo de esos gitanos!

—¿Por qué lo sería, señor?

—Porque sé lo que eres, sé que sangre llevas, por eso lo sé. Pero no te preocupes, ya encontramos el escondite de esos gitanos —Shikamaru y Neji cambiaron miradas preocupados—. Y mañana los atacaremos para acabar finalmente con esos mal nacidos.

Yahiko se fue, Naruto estaba angustiado por sus amigos, iban a capturarlos, a la mayoría a matarlos, y otros serían torturados, conocía a Yahiko a la perfección. Shikamaru y Neji salieron de su escondite.

—Vaya, Neji, ya te sientes mejor —dijo Naruto—, bueno, ya pueden irse de la ciudad antes de que los capturen, fue un gusto conocerlos, adieu.

—Alto ahí, nosotros tenemos algo por lo que luchar, y tú también deberías —le dijo Shikamaru.

—Yo no tengo nada por lo que luchar, en cambio ustedes si tienen a alguien por lo que luchar, no algo. No soy alguien normal, no soy gitano, fuí criado por Yahiko, no le daré la espalda al hombre que me crió, soy sólo el campanero.

—Todos confiábamos en tí, todos vimos algo en tí que no vemos en otras personas. No eres un cobarde, ni un tonto, eres alguien que juzga por el buen corazón de la persona, y siendo así o no estarías dispuesto a hacer cambiar a alguien de parecer para que sea alguien bueno.

—Naruto, sé que te debe de asustar enfrentar a Yahiko, pero es un hombre malévolo, quiere hacerle daño a personas inocentes, gente buena —dijo Neji—. ¿Lo dejarás?

—No, no quiero que le haga daño a los gitanos, no me gustaría ver a nadie sufrir —dijo.

—Bien, ¿sabrás dónde queda el escondite? Temari te dijo algo, debió de ser eso —dijo Shikamaru.

—Básicamente no me lo dijo, pero sí una pista.

• • •

—No volveré a verlo.

—Basta de atormentarte con eso, Sakura —dijo Ino en el jardín de su casa.

—Es fácil para tí, porque estás con el papá del hijo que esperas.

—Sakura, lo siento, yo no quiero que te sientas mal, yo sólo quiero darte apoyo, que sepas que s pesar, yo estaré para ti, en las buenas y en las malas, pero no quiero que te culpes por lo que pasó en tú relación con Sasuke.

—Perdón, Ino, no quise decirte eso, es que estoy muy mal —le dijo—. Tengo miedo, preocupada de que mi papá no me apoye y se deshaga de mi hijo. Me queda claro que mamá intentó convencerlo, pero dudo que lo haga. Lo que más me enoja es todo lo que me dijo Karin, ¿por qué arruinar mi felicidad?

—Por envidia, ella quería estar con Sasuke, claramente, pero cómo él sólo tenía ojos para ti —Sakura volvió a llorar—. Yo entiendo que estés sufriendo, más porque es el padre de tú hijo. Verás que Sai lo encontrará.

Sai entró queriendo dar la vuelta después de que escuchó a Uno decir aquello.

—Sakura, lamento esto, pero no encontré a Sasuke —dijo Sai, Ino suspiró, le sirvió un poco más de té a Sakura cuando la vió derramar más lágrimas—. Hice lo que pude.