Hinata y Neji discutían con su padre, y tío, quienes estaban en desacuerdo de casar a su hija mayor con un hombre desconocido, que quién sabe sus verdaderas intenciones con la azabache.
—¡No puedes obligar a tú propia hija a casarse! —dijo Neji enfadado.
—Claro que puedo, soy su padre, quiero lo mejor para ella —maniftestó—, así son las cosas, Neji.
—Así son las cosas —musitó—. Querido tío, usted sabe que ha sido como un padre para mí, pero comprometer a Hinata sin su consentimiento es una idea intolerante. Te suplico que lo pienses mejor, si de mí dependiera dejaría que ella aprendiera a vivir la vida.
—La vida no es color de rosa, no quiero que mi hija sufra cuando se de cuenta que el amor verdadero no existe.
—Te equivocas papá, el amor es algo maravilloso —dijo Hinata enfrentándolo con tristeza—. Quiero conocer a alguien que de verdad valga la pena, que sepa el significado de la palabra "amor". Quiero que ese alguien me ame de verdad, que me de lo que deseo y no lo que necesito.
—El Marqués Toneri te dará todo lo que desees, hija. Te dará absolutamente todo.
—No hablo de riquezas, oro, vestidos elegantes, mucho menos de caprichos papá —aclaró—. Hablo de amor, cariño, respeto, tiempo para mí, y que yo desee su compañía. Vi al Marqués Toneri sólo una vez, y la segunda vez que vino de visita fue a verte a ti para hablar de nuestro compromiso, no me dirigió la palabra, ni fue a buscarme para hablar de sus sentimientos hacía mí. Nada más dio unas pocas miradas, y no me gustó.
—Deja de comportarte como una niña que nada más desea cosas ridículas como el amor. El amor, Hinata, escucha bien. El amor es doloroso cuando nunca se tiene un final feliz, el amor destruye y hiere. No te pido que ames al Marqués Toneri, te pido que dejes de ser una niña malcriada y quieras lo que tiene tú futuro esposo.
—¿Me pides que lo ame por su fortuna? —vio a su padre servirse vino en su copa y tomar de ella como si fuera lo único bueno que tenía.
—Cuando muera me lo agradecerás —comentó.
—Eres un maldito egoísta padre... —su padre aventó la copa estrellándola contra el suelo, furioso. Hinata no estaba ni un poco arrepentida de haberlo dicho.
Neji agarró a Hinata de los hombros y retrocedieron, el poco vino que quedó en la copa se esparcía por el suelo. Por lo menos su hermana Hanabi no estaba para verlo.
—¡Juro Hinata, que si sigues con esa actitud tan ridícula voy a azotarte hasta que me duelan las manos!
—No si yo estoy para permitirlo —Neji, firme, no le importó la mirada de desaprobación de su tío.
—Tú, Neji, quiero que te vayas de mi casa y no vuelvas. Eres un desagradecido después de todo lo que he hecho por ti desde la muerte de mi querido hermano.
—Echándome de tú casa no conseguirás que me aparte de Hinata —ella negó alterada, no quería que se fuera, no era justo—. Tranquila, voy a estar bien, de quién debes preocuparte ahora es de ti misma, por la clase de padre que tienes.
—Todos los padres hacen lo mismo con sus hijas, todas los padres de las amigas de Hinata están haciendo lo mismo con las suyas. Cuando tengas tus propios hijos lo entenderás, te acordarás de mí.
—Espero que no —le dio un último apretón a su prima de disculpa y cariño.
—Volverás y admitirás que tengo razón... —Neji cerró la puerta en sus narices, sin querer escuchar sus molestas palabras.
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Nuestra Vida En París //Sasusaku, Shikatema, Saiino, Gaamatsu, Naruhina, Nejiten
FanfictionEn lo alto de la catedral de Notre Dame, oculto de las mirada de todos los ciudadanos de París, vive Naruto. Su tutor, el juez Pain, no le permite que baje del campanario. Naruto pasa sus días acompañado de el arcediano Jiraiya, observando el bullic...