Temari estaba amarrada a un tronco, en el centro de la ciudad, un tronco en las cuatro esquinas de la tarima la rodeaban para que hubiera un gran incendio frente a la catedral. Sus amigos y pueblo gitano estaban en celdas, viendo a su alrededor el espectáculo que montó Yahiko junto con los soldados. El pueblo con lástima y terror miraban a la querida gitana, a la cuál admiraron desde siempre por su valor y coraje.
Shikamaru y Neji al igual que los gitanos, estaban encarcelados. Los amigos de Temari estaban perdidos, asustados por la idea de que su amiga podría morir si no hacían algo. Yashamaru se negaba a dejar a su sobrina sola, pero al igual que los demás no podía hacer nada. Temari no demostraba miedo, ni dolor, ni nada, inexpresiva ignoraba cada paso que daba el juez hacia ella.
—Esta escena ya la viví, lástima que aquella vez fue más satisfactorio —le dijo Yahiko burlándose—. Tú muy entrometido e indeseable padre, merecía la muerte, para que no se metiera en lo nuestro.
Temari rió.
—Nunca estuvimos juntos.
—Hm —volteó y miró a Shikamaru buscando que tenía de interesante, lo admitía, era apuesto, era un hombre hecho y derecho, educado, inteligente, que usaba razonamiento, pero él también era atractivo, a pesar de que era quince años mayor que él. Lo señaló—. ¿Qué tiene él que no tenga yo? Soy más atractivo que el ex-general de la ciudad, yo pude darte una vida, una mejor que una Gitanilla.
—Él es mucho mejor que tú, a diferencia de tí, él... tiene corazón, es noble, bondadoso, justo, inteligente, y jamás me vería como algo carnal —sus ojos verdosos, tan brillantes como las esmeraldas, se conectaron a los de Shikamaru. Yahiko gruñó, y sus ojos verdosos volvieron a verlo—. No me importa lo que hagas, no te tengo miedo Yahiko, Dios va a juzgarte por todas las injusticias y crímenes que has cometido.
—Los gitanos no conocen la palabra del señor, ni son religiosos ¡Son brujos que han hecho pacto con el diablo!
Muchos gitanos protestaron y gritaron por la falsa acusación de Yahiko. Naruto desde arriba de la catedral miraba todo, amarrado en fuertes sigas que lo mantenían atrapado en los pilares. Mientras Sai, Ino, Sakura, y Chouji miraban temerosos lo que estaba ocurriendo, Temari iba a ser ejecutada, eso estaba claro.
—Eso es lo que tú crees.
—¿Qué quieres? ¿Ah? Para aceptar estar a mi lado —Temari rió sarcásticamente—. Dime qué quieres.
Negó, amarrada al tronco.
—Lo que quiero no puedes dármelo, si te llevaste lo que más amaba —se notaba tristeza en su tono de voz—. A mí padre —todos estaban en silencio, escuchando atentamente—. No volveré a sentir el alivio de su cariño, pero muy pronto sé que habrá paz en París, y libertad para mi pueblo.
Yahiko sonrió.
—Tienes miedo.
—Ya te lo dije, de tí, jamás.
—Tú padre ya no está aquí para salvarte, vas a morir princesa, Gitanilla, bruja... —se acercó a ella lamiendo sus labios—, aunque, puedo darte una oportunidad de vivir. Eligeme, acepta vivir a mi lado, cambiar de vida, sé completamente mía.
—Me das asco ¡Entiéndelo de una maldita vez! —dijo—. Jamás estaría con el hombre que ha asesinado a muchos gitanos, incluyendo a mi padre.
—Pero me amarías si no fuera así.
—¡Qué no! —dijeron los gitanos. Kiba y Tenten se vieron y rieron divertidos. Lee les chitaba para que se callaran, Yahiko gruñó al escuchar a los gitanos burlarse.
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Nuestra Vida En París //Sasusaku, Shikatema, Saiino, Gaamatsu, Naruhina, Nejiten
FanficEn lo alto de la catedral de Notre Dame, oculto de las mirada de todos los ciudadanos de París, vive Naruto. Su tutor, el juez Pain, no le permite que baje del campanario. Naruto pasa sus días acompañado de el arcediano Jiraiya, observando el bullic...