Desde que me introduje en la tienda, no pude cerrar los ojos ni un solo segundo, en mi cabeza no paraba de dar vueltas lo que creía que ocurriría.
Sean ya me empezaba a gustar, era raro, porque la mayor parte de nuestros momentos juntos son discutiendo.
Y eso no fue impedimento para que los sentimientos salieran a flote.
O al menos eso creía, tenia tantas ideas locas en mi cabeza que ya ni sabia que era cierto.
No sabia cuanto tiempo había pasado, me incorpore tomando mi celular, encendiendo la linterna y tomando la sudadera.
Sonreí al ver que era la que él me había obsequiado.
Sali de la carpa, percibiendo el frio, mi ceño se frunció al ver que Sean ya no estaba.
Sin pensarlo dos veces me encamine a su tienda, me acerque, no me cuestione y la abrí, Sean estaba allí, sentado, cruzado de piernas y con una bolsa de papitas.
Él elevo la mirada y enarco una ceja divertido, sonriendo.
—¿Tú otra vez?
—Si yo otra vez...
—¿Quedaste con ganas de más besos?—pregunto sin perder la diversión.
—Al parecer eres tu quien quedo con ganas de más.
—Siempre quedare con ganas de más Rose...
Rei negando.
—¿Me dejaras pasar o me quedo aquí congelándome?
—Esa es una pregunta algo estúpida, pasa.
Lo hice, deje mis zapatos afuera adentrándome, me senté junto a él, Sean tenia sobre sus piernas la guitarra, hasta ahora me percataba.
Su tienda olía a él, y su aroma me calmaba, razón por la que no había lavado la sudadera.
Ambos nos mantuvimos en silencio por unos segundos, al menos cuando mordió una papa.
Lo mire.
—¿Gustas?—me extendió la bolsa, negué con la cabeza—Mas para mi pues.
Idiota.
Permanecí en silencio viendo como comía y miraba lo que parecía una hoja en la que tenia escrito algo, ¿Estaba componiendo una canción?
¿Lo habré interrumpido?
—¿Tienes novio Rose?
Alce el rostro, fruncí el ceño.
—¿Crees que si tuviera te habría besado?
Se encogió de hombros curvando sus labios hacia abajo.
—No te juzgaría por ello...
Reí.
—No soy es clase de chica, Sean.
Asentía, ladeo su cabeza mirándome con atención, como si buscara algo en mi.
—¿Y que clase de chica eres Rose?
Respire hondo.
—Descúbrelo por ti mismo.
—Ya tenia pensado hacerlo, solo esperaba tu autorización—soltó divertido.
Voltee los ojos.
Volvimos a quedar sumergido en un silencio espeso, no era incomodo, al contrario, se sentía bien, escuchar nuestras respiraciones, latidos...
Sean bajo la mirada a la hoja, y no evite preguntar:
—¿Qué compones?—intente quitarle la hoja, pero la arrebato bruscamente, mirándome con los ojos abiertos y una sonrisa.
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Polos Opuestos
Ficção AdolescenteNo éramos iguales en ningún tipo de aspecto. Nuestros caminos eran distintos. Pero llegaban al mismo destino. Porque fuimos hecho el uno para el otro. Como dos piezas que encajaban a la perfección. MILKELIS, 2021 PRIMER Y SEGUNDO LIBRO