Capitulo 25

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Penúltimo capitulo... 

Presente.

Mi cabeza da muchas vueltas, todo a mi alrededor esta borroso. Llevo unas de mis manos hacía mi nuca tratando de mantenerme estable, pero no lo logro, siento que me caeré, los ruidos son muy fuertes, tanto que siento que penetran mis oídios.

Parpadeo tratando de visualizar todo, pero es un esfuerzo en bruto, porque mi vista cada vez es más nula.

Lo intento de nuevo, pero fallo. 

¿Qué esta pasando? 

Tambaleo de un lado a otro, percibiendo un escalofrío, mis ojos se empiezan a cerrar de forma voluntaria.

Me esta dando sueño, debo salir de aquí, debo pedir ayuda.

Unas horas antes....

Que tenia miedo, que estaba nerviosa, que tenia ansiedad, todo era correcto.

No se si haya sido una broma de muy mal gusto, o sea de muy mal gusto que me haya reservado todo para mi.

Simplemente hay cosas las cuales debo guardarme, pero quizás esta no sea una de ellas. Tengo pensado llamar a mamá, y contarle a Sean. 

Pero no en este momento.

Todos tienen sus problemas, y no pretendo ser una carga más para mis familiares y allegados. Pienso que debería hacerme cargo personalmente hasta donde pueda, cuando sienta que los problemas se me escapan de las manos, recurriré a hablar.

Mientras tanto, me lo guardare.

Y no será la primera vez que lo haga, tampoco es como si fuera un asunto tan grave. 

 —¿Segura que todo esta bien, Rose? Anoche estuviste extraña cuando llegue... Sabes que puedes decirme —le interrumpí.

 —Todo esta bien, no tienes de que preocuparte.

Me voltee para verlo fijamente, Sean estaba sentado en el borde de su cama, sin camiseta, solo con un bóxer, observándome mientras me vestía por segunda vez.

Si, ya lo había hecho, pero por la subida de tono de alguien... Tuve que deshacerme de mi ropa.

 —Me debes unas bragas Sean...—bromee divertida desviando el tema.

No se que tiene con romperlas.

 —Entonces ya se que obsequiarte para tu cumpleaños...

—Para mi cumpleaños eh... 

—Si, para tu cumpleaños... No es por presumir pero tengo la intuición de que comeré dos veces ese día... Dos tipos de pasteles también.—él miro hacia arriba formando una sonrisa de boca cerrada, ladeando su cabeza, haciendo un tipo de mueca.

No evite reír.

Amo el lado pervertido de Sean.

Sonreí acercándome a él, de forma cautelosa, sentándome sobre sus piernas, juntando mi rostro cerca del suyo, a unos pequeños centímetros de distancia, preparándome para darle un beso.

El cual correspondió de inmediato, capturando mis labios,  comenzando a mover nuestras bocas, mi cuerpo se erizo ante el tacto húmedo, y cálido, no nos besábamos de forma urgida, al contrario, con calma, disfrutando de cada roce. 

Cerré mis ojos, acunando sus mejillas, profundizando el beso. Sean suspiro, ante mis caricias en su rostro, reaccionando con una sonrisa en medio del beso.

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