Apoyé mi cabeza en su hombro mientras miraba nuestras manos entrelazadas. Aunque parecía que no estaba en condiciones de pensar en nada, por mi cabeza rondaban todas las cosas que me estaban pasando.
Mi padrastro me había despedido.
Mi madre estaría disgustaba conmigo.
Eric estaba más que enfadado conmigo.
Y estaba enamorada del hombre que estaba dormido a mi lado. Mi mejor amigo.
Acababa de decirme que intentaría estar conmigo si no apareciese nadie en mi vida. Entonces solo me quedaría con él.
Giré la cara y le vi dormido. Ambos seguíamos sentados en el sofá de la biblioteca, con la tele encendida y la botella de alcohol abierta...
La cogí y la cerré sin soltar la mano de Michael, dejé la botella y me acomodé junto a Michael.
Era como estar en el cielo.
Demasiado bonito como para contarlo. Sonreí al verle. Muy pocas veces podía deleitarme con verle dormir, por eso me encantaba quedarme despierta mientras él dormía plácidamente. Al acomodarme, se movió un poco soltando mi mano y rodeando mi cintura con un brazo.
Susurró algo pero no pude entenderle. Le acaricié la mejilla y no volvió a moverse ni a decir nada. Era más que guapo. Jamás había visto a un hombre así. Por eso a veces pensaba que Michael no podía ser terrenal, era demasiado perfecto como para ser un simple humano. Me acerqué a él un poco más para dejar un beso en su mejilla, entonces Michael volvió a moverse me separé un poco y me di cuenta que, sin querer le había despertado:
- ¿Qué hora es? - preguntó poniendo las manos en su cara.
- No lo sé - respondí apagando la televisión.
- ¿Vamos a dormir? Aunque ya creo que he dormido suficiente por hoy - sonreí al escucharle.
- No digas eso, seguro que si intentas dormir más, lo consigues.
Me miró y me acarició la mejilla.
- Vamos - susurró cogiendo mi mano y levantándonos del sofá.
Esas fueron las últimas palabras que dijimos hasta el día siguiente.
Al despertarme, me senté en la cama cruzando mis piernas y apoyando la frente en la palma de mis manos mientras negaba con la cabeza. ¿Y ahora qué debía hacer? No tenía trabajo, no tenía nada... Solo a Michael.
Después de ducharme busqué ropa en el armario que siempre estaba repeto de ropa por cortesía de Janet, y de Michael, por supuesto.
Cogí unos pantalones cortos y una camiseta blanca y bajé las escaleras rápidamente.
Michael estaba sentado a la mesa junto a Frank debatiendo algo, mientras tanto la señora Rose caminaba de un lado a otro llevando bebida y platos de la cocina a la mesa en la que ellos estaban.
Les saludé con la mano y me acerqué un poco:
- Si quereis puedo desayunar en la cocina para que podais seguir hablando - Michael negó con la cabeza.
- No, por Dios. Siéntate con nosotros - me invitó Michael señalando la silla que estaba a su lado.
- Buenos días, Frank.
- Buenos días, Michelle. ¿Estás mejor? - me preguntó.
- Sí, muchas gracias - respondí.
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"Un solo reflejo"
Fanfiction"Aunque duela decirlo, me encanta sentir que le quiero más que a nada aunque él no lo sepa. Merecía la pena ocultarlo, y estaba dispuesta a seguir guardándolo bajo llave dentro de mí con tal de no tirar por la borda todos nuestros años de amistad. D...