Capítulo 25: " Última oportunidad "

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Ya estaba terminando de guardar la ropa de mamá en su maleta pequeña cuando ella salió del baño peinando su pelo castaño.

- Te he dicho que no hacía falta que te quedaras aquí hoy, John y yo podemos con esa maleta inmensa - dijo riendo - En serio, hija. Has estado aquí los diecisiete días que he estado ingresada.

- Y no pensaba dejarte sola, mamá. - Susurré guardando el cepillo también en la maleta.

- Pero...

- Ya sé, Michael viaja esta misma noche y le he visto poquísimo en estos días. - Dije dejando la maleta en el suelo. - Pero lo entiende, porque eres mi madre.

- Pero él es tu novio - la miré y ella vino a abrazarme.

- Parace que no querías que me quedase - dije rodeándola con mis brazos.

Río y acarició mi mejilla - no digas eso, solo que quería que aprovechases el tiempo con Michael. A demás lo mio no fue más que un ingreso por no dormir ni comer lo suficiente y el dolor de cabeza aumentaba y... - la interrumpí.

- No lo vuelvas a hacer. Tienes que comer y dormir en condiciones. No puedes estar sometida a tanta presión. Si habieses hablado con Michael él te hubiese dado unos días de descanso, estoy segura.

- Lo sé, pero necesitaba que todo estuviese listo para su gira.

- Y lo estará, mamá.

- ¿Se puede? - preguntó John asomando su cara por el hueco que dejó entre la puerta y el marco de la puerta.

- Claro, cariño - dijo mi madre casi abalanzándose a sus brazos.

- ¿Cómo estás hoy? - preguntó él acariciando la mejilla de mi madre.

- Bien, la verdad que mejor.

- No sabes cuanto me alegra saber que te van a dar el alta hoy. - Dijo John.

- Y a mí, mamá.

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- No me trateis como si estuviese inválida porque no lo estoy - dijo mi madre cuando al final pudo sentarse en su cama sin marearse.

- Mamá, dijo el médico que te ayudásemos en todo lo que pudiésemos - le dije mientras sacaba ropa más cómoda para ella y la dejaba sobre la cama.

- Hija, por favor.

- Taylor, Michelle tiene razón, al menos tienes que estar una semana más descansando en cama. - Irrumpió John en la habitación dejando la maleta en el suelo.

- No, escuchadme. Tú - mi madre señaló a John - tienes que ir a trabajar. Bastantes días de trabajo has perdido ya, y tú - ahora me señaló a mí - ve a ver a Michael antes de que se vaya. Ya es mediodía, hija.

- Mamá, por favor.

- Yo voy a hablar con Jessica para que prepare algo de comer. ¿Te quedas, Michelle? - preguntó él acercándose a la puerta.

- Claro.

- Claro que no - insistió mi madre. - No es porque no quiera que te quedes conmigo pero, debes ver a Michael, Michelle.

- Tu madre tiene razón, Michelle. Deberías despedirte de él - me senté al lado de mi madre y John salió del cuarto dejándonos a solas a las dos.

- ¿Qué te pasa, Michelle? - evité mirarla. - ¿Estás evadiendo a Michael?

- No, no mamá - dije mirando mis manos.

- ¿Entonces?

- Entonces... No le estoy evadiendo, está todo bien.

"Un solo reflejo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora