Capítulo 2:

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Nada más llegar apareció la señora Rose por la puerta con la regadera en sus manos, sonrió gratamente, sorprendida por verme. Yo me lancé a abrazarla lo más fuerte que pude. Como me gustaba tenerla cerca. Era como mi segunda madre. Siempre había estado conmigo y con él.

Me acarició la mejilla y sonrió. Nunca se me olvidaría esa sonrisa torcida tan bonita:

- Mi princesa sigue tan preciosa como antes. Miento - rectificó - Más guapa.

- Ay, ya por favor - dije agachando la cabeza.

- Sois iguales... Siempre te lo diré - asentí al escuchar su voz y dejé que ahora fuese mi madre la que recibiese el abrazo de la señora Rose.

Eran como hermanas, mi madre trabajaba como diseñadora de ellos y ella trabajaba para el chico del guante blanco.

Decidimos entrar y antes de pisar el salón ya estabamos escuchando risas y conversaciones animadas. Me quité la chaqueta y les vi, rodeando la mesa. Queriendo y sin querer al mismo tiempo, ya le estaba buscando con la mirada. No podría creer que él ya estaba en el mismo sitio que yo.

Al instante, el pequeño Nick se acercó a mí correteando lo más rápido que podía.

- ¡Michelle! - gritó rodeando mi pierna con sus pequeños bracitos.

- Nick, te eché mucho de menos - dije cogiéndole en brazos.

Pesaba tan poquito.Me dio un beso en la mejilla y yo miré sus ojos verdosos parecidos a los de la señora Rose. Era su nieto. Según nos contó ella un día, su hija tenía los ojos más bonitos del mundo. Al recordarlo sonreí y volví a abrazarle más.

- Que grande estás, Nick.

- Mi mamá y Janet dicen que crecí mucho - dijo cogiendo mi colgante de plata que un día me regaló él.

Era tan guapo como le recordaba. Hacía meses que no pisaba esa casa y echaba a todos de menos.

- ¡Hey, Michelle!

- ¡Cielo, llegaste!

Todos me recibieron como siempre hacían, con amor.

Me encantaba. Sentía Neverland como mi propia casa.

Rebbie no me soltó desde que me acerqué a la mesa. Era más que adorable. Siempre estaba a mi lado junto a Janet.

Katherine se acercó después de hablar con mi madre y me indicó que le dejase coger en brazos a Nick.

- ¿No quieres verle? - inquirió con una sonrisa.

- Claro que sí, estoy deseando verle. ¿Dónde está escondido? - inquirí riéndome.

- Sabes muy bien donde está, Michelle - dijo quitándome a Nick de mis brazos. - Michelle va a ir a buscarle y luego podreis estar los tres juntos toda la tarde. - le dijo en un susurro.

Salí del salón y caminé hacia el pasillo. Claro que sabía donde estaba... Siempre le encontraba ahí.

Tardé un poco en llegar a la biblioteca porque fui mirando el pasillo como cuando lo pisé por primera vez.

Sonreí al llegar a la puerta que ya estaba abierta:

-Creo que ya es tarde debo... - reconocí la voz de Frank al llamar a la puerta, asomando medio cuerpo por ella.

- ¿Se puede? - Dije aún en la puerta.

Frank se levantó de inmediato con una sonrisa y yo me quedé quieta dirigiendo la mirada hacia su lado.

"Un solo reflejo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora