Capítulo 9: "Acontecimientos inesperados"

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Sonó el timbre. Al instante cogí mi bolso y mis llaves y bajé para ir a la cena con Eric.

Le vi y me estaba esperando con una sonrisa, parecía sincera. Yo le correspondí y me giré para cerrar la puerta con llave.

- Estás muy guapa - le miré guardando las llaves en mi bolso.

- Gracias, Eric - al escucharme, sonrió más y bajó las escaleras de mi entrada. Le seguí y fuimos a su coche.

En su coche hacía demasiado calor, me quité la chaqueta y él me miró:

- ¿Estás bien?

- Sí, claro - contesté dejando el bolso en mis rodillas. - Solo que hace calor aquí.

- Oh, lo siento es que acababa de dejar a mi sobrina en su casa y tenía frío - bajó la temperatura y me miró - ¿Mejor?

- Muchas gracias, Eric.

  Durante todo el camino estuvimos callados mientras una canción de Bon Jovi sonaba de fondo en el coche. En una parada de semáforo, Eric giró la cara para mirarme y yo sonreí un poco:

- Soy fea, lo sé - susurré riendo.

- Oh, no - se rió - Si te miro es porque eres muy guapa y hoy estás más guapa que nunca.

Miré hacia la ventanilla y cerré los ojos. No podía creer esto... Que cambio más radical.

  Llegamos al un restaurante, ya había ido alguna vez que otra pero jamás había ido con Eric. La comida era genial allí. Pensándolo bien, ese lugar estaba hecho para parejitas y familia... De hecho, eché un rápido vistazo mientras llegábamos a nuestra mesa y solo vi parejas cogidas de la mano y cosas así.

- Eric

- Dime - dijo cuando nos sentamos uno frente al otro.

- Este sitio es muy caro - él encogió sus hombros y me miró sin dejar de sonreir.

- Bueno, una vez es una vez, ¿no? - volví a mirar a mi alrededor y de nuevo, centré la mirada en los ojos de Eric.

Pedimos rápido y el camamero se fue, dejándonos a solas.

- Te sienta bien el rojo - bajé la mirada para así recordar el color de mi camiseta de una sola manga de color rojo.

- Mm... Gracias - contesté juntando las manos en mi regazo.

- ¿Quieres que te explique qué hacemos aquí?

- Por favor - dije mirándole.

- Me gustas, me encanta verte todos los días, me enloquece tenerte delante - susurró inclinándose en la mesa.

Vaya... Que directo ha sido.

- ¿Desde cuándo?

- Desde el principio - abrí la boca sorprendida.

- ¿Desde el principio? - sonrió.

- Sí.

- Pues lo disimulabas demasiado bien, Eric.

- Michelle, yo... solo te veía en las clases, por aquel entonces en mi casa vivía una situación... Rara. Mi hermana se quedó embarazada y a mis padres no les pareció bien nada de este asunto. Bueno - desvió la mirada - sintiéndolo mucho debo admitir que llegaba a clase de mal humor y lo pagaba contigo. Te veía tan cerca de mi y sonriendo tanto que parecía que yo estuviese amargado - volvió a mirarme - me arrepiento muchísimo. Por todo. Ahora he conseguido que la situación se normalice, desde que mi hermana ha vuelto a casa, y mis padres conocen a su sobrina y están muy contentos. Todo ha cambiado para bien.

"Un solo reflejo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora