Capítulo 7: "Dejando Neverland"

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Mientras bajaba las escaleras iba pensando en la noticia que me dieron mi madre y mi... Padrastro. ¿Por qué siempre tenía algo que me preocupaba? Jamás lograba estar tranquila y relajaba. Bueno sí, con Michael.

- Michelle, cielo - me giré al ver a Rose con un cesto de ropa bien planchada. Levanté una ceja y ella sonrió - Buenos días.

- Buenos días, Rose - dije agarrando la barandilla.

- ¿Ya os habeis levantado?

- Creo que Michael aún duerme - dije.

- ¿Qué tal si le despiertas y os preparo un buen desayuno? - dijo bajando las escaleras.

- Claro, espero que no me saque a patadas... - susurré subiendo de nuevo.

- No lo hará, te lo aseguro - sonreí y continué subiendo hacia su cuarto.

La última habitación al final del pasillo. Llamé delicadamente y nadie contestó, ni nadie abrió la puerta. Abrí un poco y vi a Michael tumbado en su cama, aún estaba dormido. Entré en su cuarto y caminé hacia su cama, recordando la de veces que él me había despertado a mi.

<< -Michelle.

- Mmm... Déjame.

- Oye, hazme caso. Despierta.

- No quiero, Michael - dije contra la almohada.

- Si por mi es genial que te quedes, lo malo es como te vea Joseph en mi cama. ¡Está viniendo, Michelle!

Al escucharle me arrodillé rápidamente en la cama y retiré el pelo de mi cara.

- ¿Cómo que viene? Michael, si me pilla aquí... - él cogió mis muñecas para impedir que me alejara y yo suspiré mientras intentaba escapar de sus grandes manos. - ¡Pero suéltame!

- Michelle - dijo mientras yo seguía forcejeando con él - Hey, escúchame - susurró rodeando mi cara con sus manos - Era broma, son las seis de la mañana y todos siguen dormidos.

- ¿Qué? - dije cerrando los ojos - Me has dado un susto horrible, Michael.

- Lo siento, era divertido. - dijo riendo y tapando su cara con sus manos.

- Divertido para ti - dije sentándome en la cama cruzando mis piernas y mis brazos.

- Hey, lo siento... No quería enfadarte, Michelle yo... - contuve la risa y le miré.

- Me debes un desayuno - le dije riendo.

- ¡¿Qué?! No, no, no - le di un beso en la mejilla y escapé de la cama.

- Me lo debes, por asustarme - dije abriendo la puerta de su cuarto.

- Eres increíble - dijo caminando detrás de mi.>>

Me senté a su lado en la cama sonriendo, y aparté un par de rizos de su cara, así tuve la oportunidad de acariciar su mejilla.

Esto podía conmigo. Cada segundo me enamoraba más de él y no podía, no debía, más bien.

- Me pregunto qué piensas - susurró con los ojos cerrados. Aparté mi mano y él sonrió. - Continúa. Es agradable.

Sonreí.

- Buenos días - solo pude decir esas dos palabras cuando le vi abriendo los ojos.

- Buenos días - dijo apoyándose en su codo. - No me has respondido.

- Disculpa - él soltó una risilla y giró su cara para besar mi mano.

- ¿Y bien?

- Pienso en una boda - dije cerrando los ojos por un instante.

&quot;Un solo reflejo&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora