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Febrero 2017. 


- Me alegra saber que todo está marchando bien, desde que empezamos a trabajar juntos. - le dije a los mis acompañantes, mientras caminábamos fuera del restaurante del hotel Paradise. - Y sobre el evento formal de su empresa, mis socios y yo estaremos más que contentos de asistir. 

- Ah, perfecto. - replicó el CEO de la empresa, un hombre de no más de 25 años, cabello oscuro, pómulos marcados y una sonrisa que parecía sacada de un comercial. - Muchas gracias por reunirse con nosotros hoy, directora Choi. Siempre es un gusto ver a una hermosa ejecutiva. 


Lo único que pude hacer fue forzar una sonrisa en mi rostro. 

Habiendo trabajado el tiempo que había trabajado en la industria, estaba acostumbrada ya a esos comentarios sutiles de parte de colegas hombres. Lo suficientemente camuflado para que no fuese vulgar, pero no lo suficientemente controlado para que no fuese evidente. 


- Por cierto, le envié un mensaje por Love Match hace un par de días. Aún sigo esperando su respuesta. - añadió, aprovechando que Jinyoung y Jackson no nos habían acompañado en esa ocasión. 


Cobarde, pensé, mientras luchaba por mantener mi sonrisa más cordial posible, si ellos estuvieran aquí, no se atreverían a decir una cosa como esa. 


- Personas tan ocupadas como nosotros, entendemos que a veces no hay tiempo para eso. 


El CEO clavó su mirada en mí, como si quisiera desarmarme con ella. Pero yo me mantuve firme, aunque en mi interior estuviera cuestionando por qué había elegido pantalones en lugar de una falda larga que pudiese cubrir un poco más mis piernas de la mirada del hombre. 

Su acompañante, el más decente de los dos, lucía incómodo. Pero era su CEO y como tal, en una reunión de negocios, no podía pararse sobre él. 


- Siempre tan profesional. - replicó el presidente de la empresa, inclinándose ligeramente hacia mí. - Espero que con el tiempo, pueda tratarme más casualmente. 


Quería decirle un par de cosas al hombre, pero estaba intentando controlarme con todos mis fuerzas. Jinyoung y Jackson sabían que me podía defender sin ayuda de nadie, por eso me enviaban sola a algunas reuniones. Pero yo tenía un límite y aquel hombre lo estaba cruzando. 


- Presidente Han, yo...

- ¡Eun Sang-ah! - llamó una voz familiar que me pareció bendita en ese momento. 


Choi Youngjae estaba parado a un par de metros de nosotros, al otro extremo del módulo de recepción. Estaba esperando que yo le dirigiera la mirada para poder acercarse a nosotros a paso lento, pero seguro, acompañado de un hombre ligeramente más alto que él y con aquel porte elegante y distinguido que la mayoría de los amigos de mi hermano tenía. 

No sabía qué hacía en el Paradise, pero estaba agradecida de que hubiese elegido ir ese día y en ese momento. 


- ¿No me presentas a tus acompañantes? - preguntó él, en cuanto llegó a mi lado, y aunque no supe bien qué pretendía hacer, decidí seguirle la corriente. 

Unperfect Match | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora