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Diciembre 2019. 


Song Ji Sub regresó horas después... O lo que supuse fueron horas. La forma intempestiva en la que abrió la puerta y dejó que la luz volviera a entrar, me cegó por un par de segundos. 

El hombre trajo consigo un teléfono celular descartable y me lo extendió bruscamente, mientras yo todavía intentaba procesar lo que sucedía. 


- Llámalos. Es momento. - ordenó. 

- No recuerdo el número de memoria. - argumenté. Mi teléfono había sido destruido frente a mis ojos en cuanto había llegado a aquel apartamento mugroso. 


Ji Sub levantó una mano al aire y uno de sus hombres le entregó un papel. 


- Qué suerte que nosotros tenemos el número. - dijo, burlón. - Vas a llamarlos y lo harás en altavoz. Diles que sigues con vida y luego, me dejarás hablar. 


Me sentí tentada a negarme, pero me superaban en número y fuerza. Habría sido muy estúpido de mi parte negarme a hacer la llamada. Los chicos hallarían la forma, ellos me encontrarían, solo debía seguir con vida hasta entonces. Para ello debía ser inteligente y jugar mis fichas solo cuando eran necesarias. 

Leí rápidamente el número, antes de marcarlo en el teléfono. Jinyoung y Jackson me habían pedido que memorizara sus números varias veces, en caso algo como esto terminara pasándole a Yugyeom o a mí mientras estábamos en el extranjero. No había creído que fuese necesario, pero habían tenido razón... Como siempre. 

Por los últimos números escritos en el papel, supe que era el teléfono de Jinyoung. Estaban yendo por la cabeza, querían un baño de sangre. 

El teléfono timbró un par de veces, antes de que contestaran. Mi corazón se saltaba un latido cada vez que el pitido pausaba, esperando escuchar una voz. 

Jinyoung respondió la llamada, pero no dijo nada por unos segundos. Lo sabía, sabía que si un número desconocido le llamaba en una circunstancia como esa, debía ser relacionado conmigo. 

No sabía bien qué decir. El abogado me había pedido decirles que estaba con vida, me había dado la libertad de hacer yo misma la llamada. Estaba rodeada de sus matones, de todas formas, no se estaba exponiendo a nada. Estaba segura de que si decía algo incorrecto, podían acabar conmigo. 


- Habla. - ordenó uno de los hombres de Ji Sub, empujándome bruscamente para que hiciera caso. 

- Jinyoung, soy Eun Sang. - balbucee.

- ¡Eun Sang! - gritó, pero no sonó como una exclamación, estaba repitiendo mi nombre en voz alta para las personas que estaban con él. - ¿Dónde estás? Iremos por ti. 

- No tengo idea. - repliqué con sinceridad. Todas las ventanas estaban cubiertas con papel periódico cubierto de pintura negra. No podía ver a la calle por mucho que intentara. - Iba a entrar con ustedes y alguien me detuvo. Tenía un arma así que no tuve más alternativa que seguirle. 

- Hiciste bien. - me dijo, antes de tomarse una pausa. Me pareció que silenció el micrófono para decirle algo a las personas a su alrededor. - ¿Estás con él? - preguntó. Su tono de voz había cambiado. Era áspero, distante, el mismo que usaba cuando había gente que no conocía cerca. 

- Sí. - respondí. - Él quiere hablar con ustedes. ¿Están todos allí? 


Jinyoung emitió un sonido gutural para afirmar. No quería darle mucha información a Ji Sub con sus palabras o su tono de voz. Hacía bien. Ji Sub estaba atento a cada cosa que decían. 

Unperfect Match | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora