Unperfect Match | Kim Yugyeom

15.

Diciembre 2015. 

"Eun Sang: Solo una cosa te pedí, Choi Youngjae. Y ¿no puedes cumplirla?"

"Eun Sang:  No volvamos a vernos."

- ¿Les gustaría un café o una taza de té? - preguntó Jinyoung, en cuanto la pareja de adultos se sentaron en el sofá más grande de la oficina, obligándome a dejar de lado mi teléfono.

- Estamos bien. - replicó el hombre por ambos. - La verdad es que en lo que menos pensamos es en tomar o comer algo. 

A pesar de que todos los músculos de mi cuerpo estaban tensos, no pude evitar notar lo adorable que era la pareja. Parecían sacados de una de esas películas románticas en las que los protagonistas llegaron a envejecer juntos, criaron a sus hijos y disfrutaron de sus nietos. Y eso, por una milésima de segundo, me hizo desear haber crecido con ellos, con el rostro dulce de la mujer recibiéndome en su casa y el cabello cano del hombre sobre el mío, cuando me abrazara a modo de saludo. Solo fue una milésima de segundo, pero causó estragos en mi interior. 

- ¿Qué es lo que necesitan? - me animé a preguntar, manteniendo mi espalda pegada al respaldar de mi asiento y mis palmas sobre mis piernas, ocultando la ligera capa de sudor. - Temo que no conozco a ninguno de ustedes y no esperaba su visita. 

- Creo que no sé por dónde empezar. - dijo el hombre, deteniéndose un segundo para ver la alfombra en la oficina de Jinyoung. 

¿Acaso va a preguntar dónde la compramos?, me pregunté al notar cierta fascinación en sus ojos. 

- Desde hace unos años, mi nieto y mi nuera vinieron a vivir con nosotros. - comenzó a contar y tuve que fingir que no lo sabía, que Youngjae no me había contado eso ya en nuestra última reunión. - Es bueno tenerlos cerca, pero a veces sin quererlo, terminamos inmiscuyéndonos en su asuntos personales. 

La mujer sonrió mientras asentía con la cabeza. 

- Creo que lo que mi esposo quiere decir es que hace unos días escuchamos algo que no querían que escucharamos. - continuó la mujer de rostro dulce. - Algo que nos ha llevado a ti, Choi Eun Sang. 

- Choi. - repitió el hombre, como si aquella palabra fuese dulce en su paladar. 

El silencio reinó en el lugar por unos segundos. Yo intentaba no ver directamente a la pareja sentada al frente, pero era imposible no sentir ambos pares de ojos sobre mí. Era incómodo, al punto de hacerme voltear a ver a Jinyoung en busca de un poco de ayuda. 

- Señores Choi. - les nombró Jinyoung. - Sé que esto es un tema familiar, pero Eun Sang-ah ha estado a mi lado por tanto tiempo que me es imposible mantenerme al margen de esta situación. 

- Ah, el novio. - dijo el hombre, como si aquello fuese el descubrimiento del siglo. 

Jinyoung resopló ligeramente, mientras las comisuras de sus labios luchaban por crisparse hacia arriba. 

Pero la esposa del señor Choi no pareció impresionada. Ella solo negó con la cabeza con una expresión que daba la impresión de saberlo todo ya y susurró un "no es él" muy bajito.