Unperfect Match | Kim Yugyeom

41.

Septiembre 2019. 

En cuanto nos vio, Jackson corrió a nosotros como si el piso debajo de él estuviera cediendo con cada paso que daba. Intentó tomarme por los brazos para examinarme, pero al ver como me estremecía de dolor, me soltó de inmediato. Sus ojos parecieron temblar en su lugar, mientras me recorrían en busca de más daño, y se oscurecieron al notar mi piel de una tonalidad más oscura en el mentón, donde Louis había presionado con todas sus fuerzas. 

- Lo voy a matar. - dijo, todavía con la mirada fija en mí y sus manos en puños tan apretados que sus nudillos se volvieron blancos. 

- No eres el único. - añadió Yugyeom y solo entonces, Jackson cayó en cuenta que de los dos, él había salido peor de ese encuentro. 

Jakcson abrió los ojos de par en par al ver los nudillos rojos de Yugyeom y las costras que se habían hecho en las partes que se habían herido más fuerte. Sus puños se relajaron de inmediato y le vi dudar si debía tocar o no a Yugyeom. Mi novio todavía estaba molesto, ni siquiera el vuelo de 10 horas le había calmado. 

- Dios, Yugyeom. - murmuró Jackson, mientras sus ojos todavía le examinaban en busca de más heridas. 

El heredero Kim tenía el pómulo izquierdo y una parte de su labio inferior inflamados, producto de uno de los pocos golpes que Louis había logrado darle. Pero Jackson conocía a Yugyeom lo suficiente para saber que si él se veía así, Louis había quedado peor. No habían tomado juntos clases de defensa personal por nada, ellos sabían defenderse. 

- ¿Fueron a un doctor? - yo negué cabizbaja. 

- Le desinfecté las heridas en casa y las traté lo mejor que pude. Pero luego fuimos directo al aeropuerto, Yugyeom no quería que nos quedaramos allí más tiempo. 

- Llama al doctor de la familia y dile que nos vea en la casa. - ordenó Jackson a uno de los asistentes de Wang Enterprise, el que le asignaban cada vez que iba a China, y este ultimo se alejó rápidamente para hacer unas llamadas. 

- Necesitamos hablar, Jackson. - habló Yugyeom, cada músculo de su cuerpo tenso, como si estuviera preparado para lanzarce encima de cualquier persona que se acercara mucho. - Inglaterra ya no es seguro. 

- Jinyoung debería llegar en un par de horas más. Vayamos a casa, dense una ducha, cambiense de ropa y dejen que el doctor les revise. Para ese momento, Jinyoung ya debería estar aquí y podremos conversar. 

Yugyeom asintió, pero su cuerpo seguía alerta. Aún cuando comenzamos a caminar hacia el auto de Jackson, su mirada iba de un lado a otro, buscando si había algo o alguien que representara una amenaza. 

Estaba tenso, pero percibí camuflado cierto miedo. Miedo a lo que nos harían si no hacíamos algo al respecto. Miedo a perder todo. Era revivir el momento en el que se enteraron del fraude de su tío, pero esa vez no era una pérdida material. Nuestras vidas estaban en peligro, podíamos perdernos el uno al otro.  

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Mientras el doctor terminaba de atender a Yugyeom en la habitación contigua, pasé una toalla por las puntas de mi cabello para secarlo. Mi mirada estaba fija en la taza de té de hierbas de la que emanaba un humo bailarín. La mamá de Jackson lo había preparado especialmente para mí y me había dicho que calmaría mis nervios si me lo tomaba. Pero aún no le había dado ni un solo sorbo. Me sentía intranquila, lo suficiente para no poder siquiera pasar un poco de agua.