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Febrero 2016. 


- ¿Esta es la casa Choi? - pregunté, sin poder darle crédito a lo que veían mis ojos. 


Era una propiedad increíble de tres pisos y un jardín tan grande que no pude evitar preguntarme cuánta gente era necesaria para mantenerlo en buen estado. 

Yugyeom giró en la entrada y logró estacionar sin mayor problema, pero mi mirada seguía cautivada por la impresionante casa. No podía creer que esa fuera la casa de los Choi. No podía creer que Youngjae, el Youngjae con el que compartía tanto tiempo, viviese en un lugar así de increíble. Pero sobretodo, no podía creer que una propiedad tan bonita albergara secretos tan oscuros. 


- Es la casa Choi en Seúl. - aclaró Yugyeom. - Tienen otra propiedad en Jeju y si mal no recuerdo, tienen otra más en Europa. 


Bajé del auto de Yugyeom al mismo tiempo que él lo hizo y aproveché los segundos que le tomó dar vuelta al auto para tomar una gran bocanada de aire, intentando que aquello me armase de valor. 


- Bien, ¿estás lista? - preguntó en cuanto llegó a mi lado. 

- Ahora lo está. - replicó alguien a nuestra espalda, seguido del golpe de una puerta cerrándose. 


En medio de la noche, dos figuras altas y bien vestidas con ternos impecables emergieron a la luz de la entrada de la casa. Se acercaron a nosotros con tal tranquilidad y desenvolvimiento que recordé que aquellas personas con las que compartía mi día a día, también eran parte de aquel mundo de poder y dinero. 


- No había reconocido tu auto. - fue lo primero que les dije, en cuanto llegaron a mi lado. 

- Audi negro. - me recordó. - Siempre recuerda el Audi negro. 

- Imposible no hacerlo, presidente Park. - repliqué con una sonrisa llena de alivio. - ¿Qué están haciendo aquí?

- Pensamos que sería justo que tuvieras a la caballería pesada de tu lado, dado que estás en su terreno. - contestó Jackson, golpeando ligeramente mi brazo con su codo. 

- Esta no es una batalla. - le dije. - Solo vamos a conversar.

- Un poco de ayuda no está de más. - insistió, antes de voltear hacia la persona que me había llevado a la casa Choi. - ¿No es así, Kim Yugyeom?


Yugyeom demoró un par de segundos en responder, pero luego de ver fijamente a Jackson, terminó asintiendo. 


- Si se trata de Eun Sang, siempre estaré dispuesto a ayudar. 

- Solo no lo arruines esta vez. - le advirtió un Jinyoung de voz grave y profunda, que casi logró darme escalofríos. 


Las miradas que cruzaron el presidente de JP Tech y el heredero Kim fueron tan afiladas que daba la impresión de poder cortar algo o a alguien si se cruzaba entre ellos. Aunque no podía escuchar sus pensamientos, supe que en el breve instante que se sostuvieron la mirada, se dijeron mucho. 

De Jinyoung estaba casi segura de lo que había querido dejar claro: Si le haces algo, te mato. Pero Yugyeom, con los años, había logrado descifrar el arte de controlar sus emociones, el arte del que Jinyoung era maestro, haciendo difícil saber a ciencia cierta lo que pensaba. 

Unperfect Match | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora