Unperfect Match | Kim Yugyeom

60.

Julio 2020.

A pesar de no estar dirigiéndole la mirada, noté que Jinyoung se acomodaba en su sitio por tercera vez desde que nos habían dejado solos. No sabía a ciencia cierta cuánto tiempo había pasado, creí que tomar mi teléfono para revisar la hora no ayudaría mucho a la situación, así que había decidido quedarme en silencio hasta que estuviera listo para hablar. Irónico, considerando que era él quien había pedido que nos dejaran a solas. 

Para ser justos, no nos habían dejado solos hasta que ambos fuésemos revisados por un doctor, lo cual había tomado un par de horas, aproximadamente, entre el tiempo de viaje hasta la clínica y los examenes rápidos que nos hicieron. A eso había que sumársele el tiempo que había tomado llegar hasta su apartamento y la pelea que hubo entre él, mi novio, mi hermano y Jackson porque nadie estaba de acuerdo con que esa conversación se diera en su casa, en su territorio. 

No tienes ningún derecho, pude escuchar nuevamente a Jackson en mi cabeza reclamándole a Jinyoung. Pero yo había accedido. Pensé que, si se iba a dar al fin ese intercambio de palabras, sería mejor hacerlo en un lugar en el que él se sintiera a cómodo. Su coraza, esa barrera que había levantado y fortificado para que ninguno de nosotros se acercara a él de nuevo no se iba a destruir tan fácil. Por lo mucho que le conocía sabía que estar en su casa era lo único que ayudaría. 

Mi mirada se animó a pasear por la sala de la casa, todo parecía estar en el mismo lugar que la última vez que había ido, pero se sentía diferente, se sentía como una casa de muestra, como esas que las compañías arman para que puedas ver cómo podría llegar a verse tu apartamento de comprarlo con ellos. Pero al final era solo eso, un cascarón, uno al que habían decorado para ocultar la ausencia de vida en ese lugar. La ausencia del calor familiar. 

- Eun Sang, yo... - habló al fin, pero se detuvo un segundo más para aclarar su garganta y para cobrar un poco más de valor. - No es fácil para mí decir esto. Cuido mucho las cosas que hago y lo que digo porque quiero estar seguro que no me arrepentiré de nada. Y quiero estar seguro de eso porque disculparme no es algo que venga tan fácil a mí. 

Cuando acabó su última frase, mis ojos fueron hacia su rostro. Él no me estaba mirando, pero lo hizo cuando sintió mi mirada sobre la suya. Park Jinyoung se estaba disculpando o eso creía que estaba haciendo. El problema era que no me quedaba claro exactamente por qué se estaba disculpando. ¿Entendía verdaderamente qué es lo que había hecho mal? Él mismo lo había dicho, cada cosa que hacía o decía era cuidadosamente pensada para no arrepentirse una vez saliera de su mente hacia al exterior. Todo lo que había hecho, todo lo que nos había escupido esos últimos meses habían sido calculados al detalle. ¿Por qué se arrepentía ahora? 

- Bueno, di algo. - pidió, todavía sin quitarme la mirada de encima. 

- Estoy esperando que continúes. - repliqué casi de inmediato. - Si de verdad estas haciendo lo que creo que estas haciendo, voy a necesitar que lo digas explícitamente con todo el detalle posible, con todo y los signos de puntuación. Esta no ha sido una pelea por qué tipo de fuente usar en una aplicación, esto ha ido más allá y por mucho que haya esperado este momento, no lo vas a obtener tan fácil. Necesitas aprender que cuando hieres a alguien, debes aceptar las consecuencias de tus actos y si te vas a arrepentir, debes hacerlo de corazón, y eso incluye expresarlo en palabras, palabras que puedan llegar al corazón de la otra persona y hagan que te crea. Haz que te crea, Jinyoung. 

Vi la punta de su lengua humedecer su labio inferior, ganando tiempo para que su cerebro buscara las palabras adecuadas.