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Noviembre 2018.


- Siento que estoy reviviendo mi última noche en Corea. - me lamenté, llevándome las manos a la cabeza. - Siento que estoy volviendo a perderles, cuando acabo de verles nuevamente.


Yugyeom empezó a hacer círculos en mi espalda con la mano, pero permanecía en silencio. Su mirada estaba perdida en algún punto del cuadro frente a nuestra cama, como si el secreto de la vida estuviera allí.


- ¿Qué pasa? - pregunté, subiendo mis piernas a la cama para poder verle de perfil.

- No apoyo la forma en la que expresó lo que siente, Sang-ah. - replicó, tomándose su tiempo para pensar bien cada palabra. - Pero tú sabes bien que yo tampoco soy el fan número 1 de haberte ido tan lejos de casa.

- ¿Cómo hubieran sido las cosas si me quedaba en Corea? - le pregunté. - No es un secreto que necesito aprender a manejar mejor mis emociones, mi estrés, mi ansiedad. Iba a necesitar ayuda de un profesional, como lo estoy haciendo aquí. La diferencia es que en Inglaterra no tengo periodistas acosándome para averiguar si no estoy apta para seguir al frente de JP Tech.

- Lo sé, pero huir no era la alternativa. - replicó. - Podíamos buscar a un psicólogo que fuera discreto o camuflar algunos viajes a algún país cercano como viajes de negocio.

- Alguien se enteraría eventualmente. - negué con la cabeza. - Le traería mala reputación a JP Tech y a ti por estar conmigo.

- Eun Sang. - me nombró, advirtiéndome que el camino por el que estaba yendo no le agradaba. - Sé que las cosas son dificiles. Sé que todavía hay un camino muy largo por recorrer para que puedas recuperarte. Pero no por eso vas a dejar que el pesimismo se adueñe de ti.


No respondí. Sabía que tenía razón, estaba siendo pesimista, estaba creyendo a ciegas que el peor escenario sería el que ganaría.


- La vida no está hecha para que la vivamos lo más cómodos posibles. La vida tiene retos, tiene pruebas que nos hacen aprender algo nuevo. - me dijo, tomándome por las manos. - Sé que esto te parecerá descabellado por la posición que tiene mi familia. Pero no por haber nacido en cuna de oro soy intocable por los problemas y dificultades. Mira lo que nos pasó hace unos años, mira lo que le pasó a Jinyoung y su ex novia.

- Lo sé, sé que la vida no es fácil. Eso no está en tela de juicio.

- Entonces ¿qué?

- Yo soy la que les protege, Yugyeom. - respondí. - Yo soy quien cuida de ustedes. Pero dada mi situación, no puedo hacerlo más. Lo único que puedo hacer es dar un paso al costado.

- Creo que tú misma le dijiste a Jinyoung que no eran los... ¿Cómo era? - preguntó y sonrió mientras recordaba para intentar aligerar un poco al ambiente.

- "Los malditos vengadores de Corea". - dijimos al mismo tiempo, echándonos a reír por unos instantes.


Vaya que podía decir estupideces cuando estaba enojada.


- No se supone que cuides a todo quien se cruce en tu camino. - continuó Yugyeom. - Ninguno de nosotros te lo ha pedido. Lo único que queremos es que vivas tu vida, que seas feliz, y que te quedes cerca.

- Suena muy fácil. - repliqué. - Pero me cuesta mucho dejar esa idea, Gyeom. Me cuesta dejar mi papel de cuidadora. Ustedes son todo lo que tengo en esta vida. No quiero perderles, no quiero verles sufrir por algo que no está en su control.

- Tampoco lo está en el tuyo. - me recordó. - Vimos en vivo que tu padre no es una persona a la que podamos controlar con un par de amenazas.

- A eso quería ir. ¿Qué haríamos con él?

Unperfect Match | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora