Park JiMin, un pequeño chico de mejillas abultadas tenía una misión encomendada por dos de sus hyungs.
Aceptó sin saber en el embrollo en el que se metía y lo único que atinó a decir después de darse cuenta de su error fue:
-YoonGi hyung, creo que e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JiMin adoraba visitar a su hyung en el estudio, y poder jugar con Hobi mientras escuchaba las bases de NamJoon. Es por eso, que cuando supo que tendría la tarde libre, no dudó en llamar a su mejor amigo y juntos ir al lugar.
Saludaron a todos cuando llegaron, el peligris corrió a los brazos de su novio para darle un rápido beso.
—Te eché de menos, hyung.
—Y yo a ti, bebé.
—¡Puaj! —TaeHyung arrugó su nariz con un falso asco, provocando algunas risas.
YoonGi lo asesinó con la mirada.
El pelinegro besó la frente del menor antes de retirarse a su estudio, para grabar una nueva canción. JiMin lo dejó tranquilo, sabía que su novio necesitaba de silencio absoluto y una gran concentración para poder terminar, y él era una distracción asegurada. Se dedicó a jugar con TaeHyung y HoSeok, en una guerra de almohadas; en más de una ocasión, los raperos se habían quedado a dormir allí para avanzar con algún tema, así que era normal tener aquellos suaves cojines en el lugar. NamJoon se abstuvo de unirse, no quería tener que limpiar el montón de plumas que terminarían en el suelo si llegaba a romper una almohada. Por lo que, se apartó de la pelea anotando en una libreta algunas ideas que surgían en su mente, no le molestaba en demasía el ruido, sólo necesitaba silencio al grabar o crear una melodía.
Pasadas unas horas, sintió su móvil vibrar, atendió cuando vio el nombre de su progenitora en la pantalla, haciéndole señas a los demás para poder escuchar bien.
—¿Si, mamá?...Estoy bien, ¿y tú?... Me alegro. ¿Para qué me llamabas?... —preguntó cerrando su libreta. Frunció sus labios cuando su madre le respondió, gesto que no pasó desapercibido por HoSeok y los menores—. He estado ocupado con los exámenes y el estudio... —se excusó al tiempo que soltaba un suspiro, como si hubiese tenido muchas veces aquella conversación—. Lo sé, lo sé, yo también les extraño. Trataré de hacerme un tiempo para ir.... Sí, sé que no es la primera vez que te lo digo... No hace falta que me regañes, mamá... ¿Qué te parece si voy a casa este sábado?... Entonces, está decidido, iré para allá el fin de semana... Sí, no voy a fallar. Lo juro... También te quiero. Adiós, madre.
Colgó soltando otro suspiró, revolviendo su cabello para dejar su frente descubierta.
—Por Dios.
—¿Pasó algo malo? –preguntó HoSeok.
–No, es solo lo de siempre. Insiste que vaya para allá en cada oportunidad y no puedo.
—Eres su único hijo, Monster, y ya saliste del nido. Debes comprenderla.
—Supongo...
—¿Nam hyung no tiene ningún dongsaeng? Yo creía que sí. —la pregunta de TaeHyung quedó de acuerdo con los pensamientos de JiMin.
—Hubo unas complicaciones en el parto y se volvió riesgoso para mi madre tener más hijos —explicó—, así que después de mí, decidió operarse.
—Y por eso, NamJoon es el niño malcriado de la casa. —concluyó YoonGi saliendo de su estudio.
Los mayores se pusieron a hablar mientras que JiMin sacaba su celular y anotaba un dato pequeño.
