Park JiMin, un pequeño chico de mejillas abultadas tenía una misión encomendada por dos de sus hyungs.
Aceptó sin saber en el embrollo en el que se metía y lo único que atinó a decir después de darse cuenta de su error fue:
-YoonGi hyung, creo que e...
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Movió su cuerpo al ritmo de la música, sintiendo como la melodía lo inundaba poco a poco. Tenía los ojos cerrados y sus oídos se centraban en la canción que sonaba en ese momento, así que no se percató de la nueva presencia en la sala hasta que finalizó y unos aplausos sonaron, sacándolo de su ensoñación.
Pegó un pequeño saltó, abriendo los ojos y dándose la vuelta, encontrándose con un chico castaño que tenía una sonrisa en el rostro, asemejándolo a un conejito.
—¡Eso fue asombroso! —JiMin se sonrojó y susurró un suave "gracias"—. Jamás había visto ese baile, es muy bonito.
—Es danza contemporánea...
—¿Me enseña? —el peligris se sorprendió por la pregunta, comenzando a balbucear sin saber qué decir—. Era broma. No digo que no me guste, fue increíble, pero apostaría a que no se me da.
—Yo creo que con esfuerzo todo se puede.
—Supongo que sí. —el chico se le acercó extendiendo su mano—. Jeon JungKook.
—Lo sé, eres casi famoso aquí. —sonrió aceptando el gesto— Park JiMin.
—Un gusto, JiMin-ssi.
Ambos jóvenes se quedaron unos minutos más platicando, en un ambiente cómodo y divertido. El mayor entendió porqué JungKook era tan popular, tenía una actitud encantadora, era simpático y alegre, algo tímido, pero eso solo le sumaba puntos.
A petición suya, bailó otra canción, y al igual que antes, se dejó llevar por la melodía. El menor se le unió a la mitad intentado imitarlo, JiMin sonrió al darse cuenta que no lo hacía nada mal, su cuerpo se movía libre, con una que otra clase sería buen bailarín.
—Aprendes rápido. —le comentó al terminar.
—¿Lo cree? Solo lo seguí —JiMin levantó su dedo pulgar, aprobándolo—. Al menos soy un poco mejor que hyung.
—¿SeokJin hyung?
—Ajá, ¿lo conoces?
—Es un año mayor que mi novio. —explicó sonrojándose al recordar al pelinegro—. Estudiaron en la misma escuela, de ahí lo conozco. Es un hyung muy amable.
—Lo es. Es el mejor. Aunque su baile es terrible, en todos los aspectos. —bromeó riendo.
—¿De verdad?
—De verdad.
JiMin sonrió, tenía otro dato. Continuó platicando un poco más con el menor antes de intercambiar sus números y despedirse con la promesa de reencontrarse en una próxima ocasión.
