Capítulo 14

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- ¿Lo reconoce? - Miré a Lexis de reojo antes de apoyar una mano en su brazo y ponerme de puntillas, ya que todos me quitaban visual.

Al ser de madrugada, todo estaba muy oscuro, dejando ver tan solo el contorno de una persona de pie; iba vestida de negro con la capucha puesta y las manos ocultas en los bolsillos de su pantalón. Fruncí el ceño extrañada, para acto seguido sacar el arma y esquivar a todos para posicionarme frente al sujeto, quien levantó levemente la cabeza para mirarme a los ojos.

- ¿Qué haces aquí? - Interrogué apuntándolo a la cabeza.

- Yo que tú no haría eso... - Un láser rojo apareció en el suelo, haciendo que mi cuerpo se paralizara en el sitio, pero no bajé mi arma, aun cuando el láser se posicionó en mi cabeza.

- Entrar dentro - Ordené al ver a los chicos salir del almacén; obedecieron sin replicar.

- Bien, ya vas entendiendo como va esto, pero aun así, sigues siendo la chica cabezota que no bajará el arma aún con un francotirador apuntándola a la cabeza - Sonrió ampliamente con fascinación y algo de burla por mi demencia.

- ¿Qué quieres, Sander? - Pregunté cortando su papel de chico bueno, haciendo que su sonrisa se borrara.

- ¿Ya recuerdas todo? - Entrecerré los ojos al verlo algo preocupado.

- - Mentí, haciendo que se tensara, pero enseguida una pequeña carcajada escapó de sus labios, haciendo que frunciera aun más el ceño.

- Mentira - Dijo con una sonrisa algo siniestra.

- ¿Por qué estás tan seguro de ello?

- Oh, amor, te conozco como la palma de mi mano y sé cuando me mientes - Se acercó un par de pasos tomándome del mentón con delicadeza, haciendo que el bello de mi nuca se erizara ante su contacto.

- No me toques - Dije entre dientes, haciendo que me soltara y guardara sus manos en los bolsillos de su cazadora negra, pero no se separó de mí.

Notaba su aliento cálido mezclarse con el mío, pero ese acto me parecía familiar, y aunque no lo demostrara, me asqueaba estar cerca de él. Ninguno de los dos apartó la mirada del otro, lo que le parecía divertirle, tanto como a Cedric que alguien le llevara la contraria. Sus ojos verdes me miraban con algo de regocijo, mientras que los míos le miraban con seriedad y desconfianza. Lentamente se fue inclinando, hasta que pudo susurrarme algo al oído.

- No deberías hacer esto, y menos contra mí - Eso me hizo reír, haciendo que se incorporara y me mirara a los ojos con curiosidad.

- Por favor, se nota a kilómetros que te encanta este tira y afloja entre los dos, sino ya te hubieras desecho de mi desde el primer momento en el que me viste, ¿me equivoco? - Elevé una ceja, haciendo que su rostro me mirara sin ninguna expresión.

Se quedó mirándome en completo silencio durante unos largos segundos, hasta que de pronto, elevó la mano en lo alto y cerró el puño, haciendo que casi al instante el láser dejara de apuntarme y desapareciera; una orden de retirada. Una pequeña sonrisa, completamente distinta a las que había visto con anterioridad en él, adornó sus labios; mostrando dulzura, nada que ver con las otras miradas de desdén y arrogancia que no desaparecían de sus ojos cuando me hablaba. Volvió a inclinarse lentamente, haciendo que apretara el arma con fuerza, pero al notar un cálido beso en mi mejilla la dejé caer al suelo, haciendo que una pequeña risa brotara de sus labios.

- Nos vemos - Me susurró al oído antes de separarse y marcharse.

Miré mis manos temblorosas al perderle de vista, pero no era por miedo, sino por lo nerviosa que me había puesto con ese pequeño gesto. Cogí mi arma del suelo y entré de nuevo al almacén, encontrándome con todos los chicos mirándome con el ceño fruncido, esperando una explicación de lo que había pasado, pero no les iba a dar ninguna.

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