Capítulo 20

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*Imagen de Harvey Dahl*

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Mi mirada no se despegó del reloj enorme que se encontraba en la pared del salón, cada segundo que pasaba, el nudo en mi garganta se hacía cada vez extenso. Mis manos no podían estar quietas, no paraba de juguetear con un anillo en mi pulgar que siempre llevaba, ni siquiera sabía de dónde había salido, pero me calmaba darle vueltas o cambiarle de dedo a dedo. A veces, se me dificultaba, ya que mis manos temblaban, y esta vez no sabía a qué le tenía miedo. No tenía miedo a irme, porque sabía que podría volver algún día. Tampoco a dejar atrás a Kay, porque me esperaría. Era a algo que mi cuerpo conocía muy bien, pero mi mente estaba completamente en blanco.

Por primera vez, aparté la mirada del reloj, para fijarla en la puerta del salón, donde apareció Niall despeinado, con un pantalón de chándal y una camiseta de tirantes. Me miró con seriedad, antes de acercarse y sentarse a mi lado, pasando uno de sus brazos por mi hombro para atraerme a él. De pronto, unas inmensas ganas de llorar me ahogaron, pero no derramé ni una sola lágrima, me centré en los latidos pausados de su corazón y en su respiración.

Ninguno de los dos dijo nada en las próximas dos horas en medio de la oscuridad, solo nos hicimos compañía mutuamente, hasta que Niall se incorporó para ir a preparar el desayuno, mientras me iba a duchar a mi habitación y prepararme. Al ponerme los zapatos, me quedé mirando la puerta durante unos minutos, cuando escuché unos golpecitos en mi ventana, haciendo que me incorporara de un salto, pero al ver quien era fruncí el ceño extrañada.

- ¿Qué haces? - Dije al abrir la ventana. Había escalado hasta un segundo piso.

- Me he enterado de que Harvey está de camino para llevarte a la sede y suponía que estabas asustada por lo que pueda pasar - Se encogió de hombros, sentándose en el umbral de la ventana.

- Sí le tengo miedo, pero no sé porqué - Dije nerviosa.

- No es que sea el mejor jefe del mundo, impone mucho - Se rascó la nuca.

- ¿Qué quieres decir?

- Nada, da igual. No te preocupes por él, no pasará nada - Le quitó importancia - Me presentaré también en la comisaria para recibirle y despedirme de ti - Sonrió levemente.

- ¿No vienes con nosotros? - Pregunté confundida.

- No, tengo misiones que hacer por aquí todavía - Se encogió de hombros.

- ¿Para qué has venido hasta aquí entonces? - Fruncí levemente el ceño.

- Solo para verte, antes de que te marches - Le quitó importancia - Me marcho, antes de que Niall venga y me mate, aunque no sería la primera vez que me cuelo en tu habitación - Me guiñó el ojo, antes de sonreír con diversión y darme la espalda para bajar.

- ¿Qué?

- ¿Por qué crees que te pones tan nerviosa a mi lado, cariño? - Dijo antes de agarrarse a la cornisa y dar un pequeño salto para bajar.

Mi corazón se aceleró al comprender a lo que se refería, pero aun así, algo en mí sentía rabia hacia él.  Mi mente pensó en Kay, justo cuando Niall llamó a mi puerta, dándome la señal de que ya estaba el desayuno preparado; salí, bajamos las escaleras en completo silencio, hasta que ambos nos sentamos en la mesa de la cocina, donde decidí romper el silencio; sin atreverme a mirarle a los ojos.

- ¿Sander es mi novio? - Me atreví a preguntar, al no recibir respuesta de su parte lo miré, viendo que me había ignorado y estaba leyendo el periódico. Se lo arrebaté, haciendo que me mirara y suspirara con molestia - Responde.

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