Capítulo 7

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No podía apartar la mirada de la foto del chico de los ojos verdes, reposaba sobre la mesa de Jasper junto al resto de fotografías que iba cogiendo Kay una a una, para ponerlas sobre una de las paredes, y así poder verlas todas a la vez cómodamente. Jasper chascó los dedos sobre la foto que observaba desde hace un buen rato, haciendo que mi atención se fuera a él.

- ¿Sabes de qué lo conoces? - Tomó la foto con dos dedos y la levantó un palmo de la mesa, haciendo que mi mal estar volviera.

- No lo sé... - Susurré tan bajo que apenas me escuché.

- ¿Y qué hay de estás? - Interrumpió Kay alejándose un par de pasos de la pared, dejándome observarla por completo desde mi silla.

Pasé la mirada por cada fotografía, deteniéndome en dos de ellas. Me incorporé y me acerqué para verlas de más de cerca, recordando a uno de ellos a la perfección, haciendo que mi ceño se frunciera inconscientemente. Kay se posicionó a mi lado, observando a los dos hombres que había apuntado.

- Él fue quien me dio el culatazo y la paliza - Dije seria, antes de centrar mi mirada en el otro - No estoy segura, pero creo que este le acompañaba...

- Está bien - Kay apuntó en un cacho papel "Presuntos culpables" - Intentaremos localizarlos y tomarles declaraciones...

- No creo que puedas - Dije tomando el rotulador de sus manos y tachando las dos fotos por completo.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Tú qué crees? - Retrocedí dos pasos volviendo a observar las fotos en completo silencio, con la mirada de Jasper clavada en mi nuca.

Taché a otros tres hombres que desconocía, pero que sabía que ya no estaban entre los vivos. Kay se cruzó de brazos, pero no me impidió nada cuando empecé a quitar fotografías y recolocarlas según me decía mi instinto. Todos los que había tachado los dejé a una derecha, a la izquierda dejé otros tantos, dejando en medio de la pared a un hombre con traje y sombrero con una cinta blanca, quedándome tan solo con una foto en la mano, sin saber dónde ponerla. Iba vestido igual que el hombre de la cinta blanca, e incluso diría que tenían casi la misma edad, pero este último no me cuadraba en ninguno de los tres grupos, así que lo puse lo más alto posible, separado del resto.

- Señor - La chica que tenía mi tarjeta de crédito irrumpió en el despacho, haciendo que nuestras miradas cayeran sobre ella. Entró hasta quedar frente a la mesa de Jasper, donde dejó la tarjeta con un suspiro - No he podido averiguar nada de ella, es imposible, ni si quiera sé si se puede utilizar porque tampoco he sido capaz de descubrir el pin - Explicó algo molesta.

- ¿Tú sabrías sacar el pin? - Kay me miró, haciendo que el resto lo miraran con el ceño fruncido, ya que sabían que no me acordaba de casi nada.

- Puedo intentarlo - Me encogí de hombros tomando la tarjeta y saliendo de la oficina.

- ¿Dónde vas? - Preguntó siguiéndome hasta el ascensor extrañado.

- Aunque piense el pin no me voy a acordar, pero tal vez, si me pongo en una situación real, ponga el pin automáticamente - Dije entrando junto a él y pulsando la primera planta.

- ¿Qué situación real pretendes hacer? - Preguntó con curiosidad.

- Comprarme algo de comer - Sonreí.

Ambos nos dirigimos hacia su coche, para así ir al centro comercial de la última vez. No tardamos mucho. Entramos, recibiendo muchas miradas curiosas, pero fui directamente a por unos sándwiches y el mismo batido que me compró la última vez. Esperamos una larga cola, hasta que llegó mi turno y pasé la tarjeta, haciendo que me pidiera los cuatro dígitos. Por un segundo dudé, pero como esperaba lo hice inconscientemente.

Tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora