Capítulo 5

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Ble

- Bleu... - Intentó pronunciarlo Jasper haciéndome sonreír.

- Se pronuncia "Ble" - Le corrigió Kay enseñándole el pósit.

- ¿Ble? - Probó de nuevo, haciendo que el pelinegro asintiera conforme. Miré el pósit por tercera vez, viendo como se escribía realmente el nombre que había elegido para mí:"μπλε". 

- ¿En qué idioma está esto? - Preguntó Jasper mirando el nombre escrito con el ceño fruncido.

- Significa "Azul" en griego, por el color de sus ojos - Le explicó - Le iba a poner "castaña", pero no me gustaba...

- ¿A tí te gusta? - Me preguntó.

- Me gusta - Dije sinceramente con una pequeña sonrisa.

- Bien, pues Ble entonces... - Sonrió levemente conforme con mi decisión final - Creo que va siendo hora de marcharse... - Miró la hora en su reloj de muñeca antes de incorporarse de la silla.

- Entonces bajaré a las celdas - Dije haciendo que Jasper y Kay me acompañaran a la última planta.

Al menos, habían arreglado la calefacción...

Jasper se quedó hablando con los de seguridad, que seguramente se quedarían por la noche para vigilar a los detenidos. Le hicieron firma dos papeles mientras que Kay abría la última celda, donde estuve apenas hace unas horas. Entré sin rechistar, sentándome en el banco; sonreí levemente a modo de despedida antes de que el pelinegro cerrara la puerta con llave, y a través de la puerta, me deseara “Buenas noches”, antes de marcharse junto con Jasper.

Apoyé la cabeza en la pared con un suspiro, mirando la rejilla de la ventilación. Podría volver a escaparme en menos de cinco minutos, pero tampoco tenía a donde ir o a quién acudir, así que opté por quedarme en donde estaba. Me quité las converse blancas con rastros de sangre, al cabo de unas horas, dejándolas caer con algo de molestia, hasta que escuché algo metálico rebotar contra el suelo. Me incorporé del banco, viendo una llave junto a uno de los zapatos, haciéndome fruncir levemente el ceño extrañada. Me puse de rodillas antes de recogerla, haciendo que un pequeño recuerdo inundara mi cabeza.

Alguien me daba la llave frente a una puerta blanca con el número 6 grabado en negro en la parte superior; mientras la abría nos estábamos riendo, pero antes de ver el interior todo se volvió borroso y el dolor de cabeza aumentó, por lo que me llevé ambas manos a la cabeza, intentando cesarlo de alguna manera, pero no pude. De pronto, unos ojos verdes me nublaron la mente, mi corazón se aceleró y el dolor de cabeza desapareció para centrarme en esos ojos que conocía a la perfección, pero no sabía a quién pertenecía.

Me centré en los zapatos, revisándolos para descubrir dónde se escondía la llave, viendo que en uno de ellos la suela estaba levemente levantada. La quité del todo, pero no había nada más en ella. Tomé la otra y con algo de fuerza pude quitar la otra suela interna, descubriendo una tarjeta de crédito negra y dorada reposando al final. La saqué, pero no tenía nada, ni números de serie, ni nombre, ni siquiera una marca...

Era completamente lisa.

Tendría que llevar al menos una serie de números, pero no. Me pasé una mano por el pelo intentando recordar quién me la había dado, pero nada se me venía a la mente, solo volvía a recordar aquellos ojos verdes una y otra vez. Me centré en la llave, porque de ella sí que había recordado algo, aunque fuera el número de la puerta, ahora me faltaba localizar la posición en la que se encontraba.

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