Capítulo 23

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- Sander Stewart, también conocido como "2483", ¿me equivoco? - Probé con una pregunta fácil.

- No te equivocas - Susurró posando una de sus manos en su frente y cerrando los ojos.

- ¿Desde cuándo somos novios? - Probé otra vez.

- Desde hace más de cinco años... - Asentí, sentándome en la mesita baja, quedando frente a él.

- ¿Qué pasó el día en el que me descubrieron? - Se quedó en silencio unos segundos.

- Fui a hablar con Cedric sobre un nuevo trato que nos beneficiaría a los dos, a parte de filtrarle información quería ser su mano derecha real, pero nos escuchaste hablando y te cabreaste - Su voz era lenta y muy pausada - Intenté convencerte para que ambos siguiéramos con el plan, pero te negaste e intentaste llamar a tu padre, pero te quité el móvil a tiempo. Cortaste conmigo, lo que me cabreó. Me marché llevándome tu móvil para evitar que se lo contaras a alguien mientras pensaba en algo, cuando te vi a lo lejos buscar a tu padre por todas partes, hablé con los dos primeros tipos que se me cruzaron, diciéndoles que eras un topo de la CIA, que querías desmantelar todo.

- ¿Querías que me mataran? - Pregunté con un nudo en la garganta.

- No.

- ¿Le mentiste a Harvey haciéndole ver que era la traidora?

- Sí.

- ¿Sigues queriendo deshacerte de mí? 

- No lo sé - Dudó en responder.

- ¿Qué te llevo a traicionarnos?

- Más poder y dinero.

- ¿Cuál es tu siguiente plan? - Levantó la cabeza de su mano para mirarme con una sonrisa siniestra.

- Matar a tu padre y a tu nuevo novio - Tragué con dificultad.

- ¿Por qué?

- Porque así te quedaras solo conmigo - Se incorporó del sillón, agarrando mis piernas para tumbarme sobre la mesa y atraerme hacia él - Te quiero muchísimo, pero no me gusta que quieras interferir en mis planes - Susurró sobre mi boca.

- No quiero interferir en tus planes... - Mentí.

- ¿Y por qué me has drogado, cariño?- Mi respiración se cortó; había perdido el efecto demasiado rápido - El suero de la verdad que has cogido venía defectuoso y no dura más de cinco minutos, a parte de que he estado consciente todo el rato - Noté su sonrisa en mi cuello.

- Yo...

- ¿Qué? - Se incorporó un poco para mirarme a la cara.

Lo empujé para quitarlo de encima, provocando que ambos cayéramos al suelo. Intenté apartarme lo máximo posible de él, pero me tomó de la cintura y me puso de nuevo debajo de él, aprisionando mis brazos con sus piernas. El miedo invadió mi cuerpo al ver que podría hacer ahora mismo lo que quisiera conmigo, me había metido en la boca del lobo. Pasó una de sus manos por mi cuello, posando su pulgar en mi barbilla para que lo mirara, antes de llevarse su otra mano a su cinturón y desabrocharlo. Intenté de todas las formas quitármelo de encima, pero estaba completamente inmovilizada bajo su cuerpo, lo que me provocó pánico; lo notó.

- No voy a hacerte nada, si es lo que estas pensando. Soy un hijo de puta, pero no voy a violarte - Dijo con seriedad sacando su cinturón de sus pantalones, me dio la vuelta y ató mis manos a mi espalda - Me pones mucho en esta posición y con las manos atadas, pero no voy a tocarte sin tu consentimiento ni hacerte nada, me duele que dudes de mí.

Tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora