《13》

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Luego de aceptar la petición de la emperatriz ninguna volvió a hablar sobre eso y en cambió tomaron té mientras hablaban de trivialidades.

Una vez terminada su visita fue al pueblo a verder sus joyas para poder tener dinero cuando se fuera del Ducado Park.

*Toc Toc*.

---Adelante

Una precipitada Lina ingresó al cuarto.

---Mi señorita, el Príncipe Heredero está aquí y solicita verla---dijo rápidamente la castaña.

*Crack*

La reacción de su ama la sorprendió de sobremanera ya que en lugar de ponerse contenta y ordenar que la arreglarán para verlo lo único que vio era como se ponía pálida y la taza de té que tenía en sus manos caía al suelo rompiéndose en pedazos.

---¡Mi señorita!---exclamó preocupada Lina.

Pero la joven no pudo escucharla más bien no podía escuchar nada a su alrededor, salvó los desenfrenados bombardeos de su corazón.

---Llevalo al recibidor yo... ya bajo enseguida---dijo en un hilo de voz apenas audible que si no fuera porque el cuarto quedó en un profundo silencio nadie podría escucharla.

Lina quiso objetar al respecto ya que no veía que su señorita se encontrara bien pero antes que pudiera abrir la boca ella ya estaba siendo arrastrada por la joven a la puerta.

Una vez sola no pudo evitar agarrarse con nerviosismo de los cabellos y caminar en círculos en un vano intento de calmarse.

"¡¿Cómo era esto posible?!"

Ahora mismo el Reino del Norte y el Reino del Sur no se encontraban en buenos términos lo que significaba que se avecinaba una guerra, por lo tanto Linden al ser el próximo emperador lo habían puesto a cargo de la guerra, en el pasado había estado en el campo de batalla por cuatro largos años y como era posible que ahora dejara el frente de batalla como si nada y deseará verla.

Dar tantas vueltas inevitablemente la marearon haciendo que chocara con el espejo de cuerpo completo que estaba en su habitación.

Cabello desordenado, piel palida como un cadáver, manos temblorosas como una hoja y una respiración irregular sólo una palabra podía descibrir la imágen que reflejaba el espejo.

"Estúpida"

De nuevo dejaba que los sentimientos la sobrepasaran, ella no tenía de que temer no ha hecho nada malo, se acomodo el cabello y con la frente en alto salió.

Los que solían ser interminables escalones por los cuales bajar y subir en está ocasión fueron cortos demasiado para su gustó llegando así al frente de una enorme puerta, los sirvientes que se encontraban serca al verla acercarse rápidamente le abrieron.

---Saludos a su Alteza el Príncipe Heredero---hizo una reverencia.

---No hace falta tanta formalidad Lady Roseanne---dijo un joven alto de cabello y ojos negro y tez blanca como un papel.

Lentamente se reincorporó y ahí lo vio a el su primer y gran amor su verdugo, sus miradas verde jade y negro carbón se encontraron después de muchísimo tiempo,mandandole corrientes eléctricas por todo su cuerpo, pero ella fue la primera en bajar la mirada.

"Se supone que ya no debo sentir nada"

---¿Qué lo trae por aquí su Alteza?---dijo mientras se sentaba frente a el, tal vez haya sido muy directa pero realmente el volverlo a tener cerca de ella la estaba poniendo de los nervios.

---Pues eso ya deberías de saberlo no lo crees---respondió irónico el príncipe.

---Realmente no se a que se refiere su Alteza---dijo desconcertada, realmente esté jueguito de adivinar ya la estába hartando.

---Déjate de jueguitos tontos y máscaras Roseanne, ya has tenido lo que querías---dijo ya irritado el príncipe.

"¿Tener lo que quiero?"

De que me estás hablando, es que acaso estar a cargo de la guerra te está afectando el cerebro.

El joven no pudo evitar irritarse más con la actitud de la blonda, su madre la emperatriz le había mandado una carta de urgencia reclamandole de que le hizo está vez a Roseanne para que ella quiera romper el compromiso, él le iba a responder que nada y que tampoco debería de tomarle importancia ya que seguro esté era otro de sus intentos por llamar la atención, pero al final de la carta le advertia que debía de venir a la capital y arreglar las cosas o se tendría que abstener a las consecuencias.Y lo que menos quería era alargar este problema tan absurdo cuando tenía una guerra casi a la vuelta de la esquina que atender.

"Mujer egoísta, porque siempre lo complicas todo"

---Pues lo que querías era tenerme aquí, ya estoy, entonces vayamos al Palacio Imperial a aclararle a la emperatriz que no deseas romper el compromiso---dijo rápidamente el joven mientras tomaba la muñeca de la blonda que se había petrificado.

Su cuerpo se congeló al sentir aquel brusco pero cálido tacto, tacto que desató una tormenta de sentimientos que quiso mantener al margen pero nuevamente falló.

*Badum Badum*

Flash Back

---Soy el capitán Kim Min-Jae---dijo extendiendo su mano el hombre alto con un uniforme militar.

---Soy la Dra Lee Yang-mi---respondio la mujer de excéntricos ojos magenta y bata mientras su pequeña mano estrechaba la gran mano del hombre.

Magenta y negro al encontrarse se mezclaron mandando corrientes eléctricas a sus cuerpos, mientras que en sus corazones se instalaba una cálida y familiar sensación.

Fin del Flash Back

---Min-Jae---soltó en un hilillo de voz la blonda.

La mano que iba a agarrar el pomo de la puerta quedó en el aire y sin voltearse soltó abruptamente la muñeca de Rosé.

---¿Qué?

*Agh*

Los ojos jade comenzaron a llenarse de lágrimas las cuales amenazaban con salir.

Cuando creía haber logrado mantener todos los sentimientos al margen aparecia Linden y nuevamente ponía todo su mundo de cabeza.

Recuerdos iban y venían de su cabeza al igual que varios sentimientos invadian su corazón.

"No de nuevo, ¡Ya no más!"

Sentía cada vez más como su cuerpo se volvía pesado, su vista se tornaba negra y todos los sonidos a su alrededor se distorsionaban.Espero el impacto de su cuerpo contra el suelo pero lo único que recibió fue nuevamente una sensación familiar.

---Min...Jae---volvió a susurrar Rosé antes de desmayarse completamente en los brazos de Linden.

















《Está vez no buscaré el amor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora