Velozmente ambas jóvenes salieron a ver qué sucedía, encontrándose con un hombre bajo y gordo impidiendo que Yvonne pudiera seguir transladando a la mujer a la sala de recuperación.
-Ni creas que dejaré que metas a esa pordiosera en esa habitación-dijo iracundo en hombre-Fue suficiente con haber desobedecido mis reglas y operarla.
-Se lo ruego señor, por favor deje que mi tía ingresé a esa habitación para que pueda recuperarse-dijo aquella niña de ojos verde manzana mientras se arrodillaba a los pies del hombre-Por... favor-volvió a decir en un tono suplicante la niña, mientras que de sus ojos brotaban lágrimas que caían en los zapatos del hombre, acción que hizo que el hombre se cabreara aún más.
Ocasionando que sin compasión pateara a la niña a un costado para dirigirse rápidamente en dirección a la joven de ojos negros.
*Plas*
Aquella sonora y fuerte bofetada de parte del hombre a la joven de ojos negros hizo que todos en el pasillo quedarán completamente petrificados y sorprendidos.
-Será mejor que tengas una buena explicación Lea Bernard, si no quieres que esto se ponga peor-dijo en tono amenazante el hombre mientras se disponía a agarrar del cabello a Lea y levantarla, la cual debido a la bofetada había caído al suelo, pero un fuerte y veloz manotazo se lo impidió.
-Esa no es forma de pedir una conversación-dijo en un tono afilado Roseanne mientras sus ojos eran cubiertos por una frialdad absoluta.
Realmente no sabía que estaba pasando, ni que estaba molestando al hombre pero de lo que si estaba segura era que su actitud había logrado hacerla enojar demasiado, así que instintivamente adoptó la postura que tenía cuando otros nobles buscaban intimidarla, convertirse en un ser impenetrable sin emociones por algo solían decirle.
"Mujer descorazonada"
El hombre dirigió sus ojos a aquella persona que se atrevió a tocarlo, dándose cuenta que era aquella hermosa joven fuera de lo común que vino a tomar el examen de medicina la semana pasada.
-Señorita, le pido con todo respeto que no se meta en este asunto-dijo con la poca cordura que aún le quedaba, mientras tenía la intención de agarrar de la muñeca de la joven de corte garçon que ya se había levantado del suelo, pero otro manotazo aún más fuerte que el anterior se lo impidió.
El hombre miro ferozmente a la joven con una vena en la frente palpitandole del coraje, pero lo único que recibió como respuesta fue una mirada de indiferencia.
-Te espero en mi oficina-ordenó autoritariamente el hombre a Lea, mientras salía de ese pasillo con los puños fuertemente apretados.
Una vez se fue se podía decir que todos en ese pasillo pudieron volver a respirar con normalidad.
-Lleva a la paciente a la habitación de recuperación, yo me encargaré de lo demás-le dijo Lea a la muchacha de ojos ámbar-Gracias señorita por todo, pero desde aquí me encargo yo-dijo está vez en dirección a Roseanne para luego emprender su camino hacia la oficina del doctor Raphael.
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Dentro de aquella oficina donde se encontraban una joven y un hombre, lo único que se podía escuchar en ese sepulcral silencio era los dedos del hombre siento golpeados sobre el escritorio, ocasionando que el ambiente se vuelva más tétrico.
*Tap, tap*
-Acaso tienes idea de la magnitud de lo que hiciste- inquirió seriamente el hombre a la joven que estaba parada enfrente de él-Desobedeciste deliberadamente una de las reglas del hospital, y para colmo fue la más importante-reitero los hechos el hombre mientras se levanta de su asiento.
Pero la joven de ojos negros no dijo absolutamente nada y siguió mantenimiento su mirada en el suelo.
-¿Podrías decirme cuál es esa regla que rompiste?
-Nadie puede realizar ninguna intervención quirúrgica sin el permiso del doctor Raphael-dijo en un susurro lleno de impotencia la muchacha que si no fuera porque todo estaba en silencio no se podría haber escuchado.
-Exelente hasta que al fin has recobrado el sentido-respondió burlonamente el hombre-Que pena no lo recordaste antes-y mientras hablaba, de uno de los cajones de su escritorio saco un látigo y se acercó a la joven.
-Creo que para que algo así no vuelva a suceder y nadie intenté pasarse de listo de nuevo debo hacerles saber que sucede cuando se pasa por encima de mi autoridad-el hombre se paró junto a la joven y le arrancó su bata de doctora mientras la empujaba boca a bajo sobre su escritorio, haciendo que su espalda que estaba cubierta por una fina camisa blanca este a su vista.
Pero la joven ni siquiera se inmutó o protestó, incluso cuando el primer latigazo cayó sobre su espalda mandándole corrientes de dolor por todo su cuerpo.
*Latigazo*
-Las reglas se hicieron para mantener el orden Lea, será mejor que lo recuerdes bien a partir de ahora- volvió a hablar el hombre mientras daba latigazos sin compasión a la joven-Sabes que esto me duele más a mí que a ti, mi querida sobrina-susurro en el oído derecho de la muchacha, mientras podía ver cómo ella sólo se concentraba en soportar el dolor en silencio, haciendo que la llama del sadismo dentro del hombre se encendiera más.
"Veamos cuánto aguantas"
Y lo que nada más eran latigazos dolorosos pero no capaces de hacer brotar sangre, se convirtieron en eso, pero aún así la joven de corte garçon no emitía ningún sonido y solo se limitaba a morder fuertemente su labio hasta hacerlo sangrar al igual que sus palmas que apretaba fuertemente clavándose las uñas, jamás permitiría que esté bastardo supiera que lo que le hacía le afectaba, no le daría el gusto.
"Pronto se acabará, sólo aguanta un poco más"
Ella sabía que al no recibir el estímulo que él quería lograr en ella la terminaría por dejar en paz, no era la primera vez que sucedía y sabía que no sería la última, así que con los años aprendió a simplemente resignarse y esperar que la tormenta pasará.
-¡Qué crees que haces!-exclamó alarmadamente Roseanne mientras ingresaba en la oficina.
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《Está vez no buscaré el amor》
Historical Fiction-¿Qué tengo que hacer para que padre me ame? Rosé miró a la persona frente a ella con una cara manchada de lágrimas. Sin embargo, su padre, sólo la miraba sin emociones en sus ojos. -¿Tengo que ser como Rachelle?, ¿Entonces si me amarás?, ¿Entonces...