《2》

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Ya habían pasado tres días desde que había vuelto a ser Rosé y hoy después de muchísimo tiempo volvería a ver a mi familia, me habían levantado el castigo que nisiquiera recordaba porque fue para poder asistir a la cena de bienvenida de mi padre que había estado atendiendo unos asuntos fuera.

---Sin duda nuestra señorita Rosé es la joven más hermosa---dijo con una sonrisa Lina.

Lentamente levante mi rostro y me vi en el espejo mi cabello bien peinado y arreglado con una bonita diadema, mi cuerpo era cubierto por un extravagante vestido con estampados de rosas. Y mi rostro levemente maquillado y con una mirada sería en el, aún me sentía tan abrumada con todo esto pero en lo que descubría que pasó debía mantener una apariencia de que nada raro pasaba.

Uno golpes en la puerta desviaron mi atención del espejo y me dejaron ver a otra de las personas que jamás creí volver a ver.

---¡Oh mi niña!

Y antes que siquiera pudiera decir algo ya estaba envuelta en un abrazo.

"¡Oh nana!, enserio eres tú..."

Y sin más me aferre a la mujer de cabello plateado la mujer que me cuido y me amo como si fuera su propia hija, unas traicioneras lágrimas se asomban por mis ojos y mi nana con un toque tan suave me las limpió.

---Lo lamentó tanto mi señorita por no poder estar a tu lado durante esté castigo pero el señor...

Y antes que pudiera terminar de hablar se postro a mis pies y lloro, lloro como si hubiera cometido el pecado más grande y mi corazón se estrujo al verla así.

---Levantate nana, no tienes de que disculparte se como es el Duque, además Lina cuido muy bien de mi--- le sonreí.

Todos quedaron sorprendidos por mi respuesta si hubiera sido la antigua Rosé me hubiera puesto a hacer una escena, siento tanta vergüenza de mi antigua yo.

---Sin duda la señorita es una persona muy justa.

Una vez terminado ese asunto mi nana me dijo que ya era hora de ir al comedor todos ya estaban y sólo faltaba yo. A medida que bajaba cada escalón mi cuerpo se ponía más rígido y pare una vez vi la puerta del comedor frente a mi, mi mente quedó en blanco y con un leve suspiro abrí la puerta y entré.

Las risas que había estado escuchando al otro lado de la puerta se detuvieron y lo único que escuchaba era el tic tac de reloj.

---Buenas noches, lamentó la tardanza---reverencia.

Lentamente me levanté y recorrí mi mirada por el salón y mis ojos sólo se clavaron en el, mi padre, mirándome con esa mirada tan ilegible hacia mi.

---Llegas tarde, esos no son los modales de una dama sólo toma asiento---dijo el Duque.

Sólo me limité a asentir y sentarme, porque aún sus palabras me afectan que acaso ya no había aprendido la lección aún seguía esperando su amor.

"Estúpida, acaso aún no aprendes"

---Padre, no sea tan duro con mi hermana ella sólo estaba muy contenta de poder volver a verlo y se esmero tanto en verse bonita para la ocasión---dijo con una sonrisa Rachelle.

Y después de mucho la volví a ver a ella a la persona que tanto odie la cual a pesar de lo horrible que fui con ella siempre me trató tan bien, clásico de ella siempre siendo tan buena con todos.

No dije nada y entonces la cena transcurrió con normalidad si así se le podría decir al hecho de que todos me ignoraban excepto Rachelle que trataba de que yo me uniera a la conversación a la cual sólo me limitaba a asentir de vez en cuando.

Me sentía tan incómoda y la cabeza me empezaba a martillar por la avalancha de recuerdos que me comenzaban a regresar de estas personas, recuerdos que me hubiera gustado no recordar.

---Si me disculpan, me siento un poco cansada así que me retiro primero---me levanté de mi asiento he hice una reverencia en forma de despedida.

Sólo se limitaron a asentir y continuar con su charla, antes de salir por la puera voltee y los vi parecía una de esas escenas de kdramas donde la familia está tan feliz y una rabia surgió de mi y de un portazo cerré la puerta.

"Mi familia"

Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba haciendo ya estaba corriendo cuesta arriba por las escaleras miestras era perseguida por Lina y mi nana, me encerré en mi habitación.

---Quiero estar sola por favor.

Y los intentos de intentar abrir la puerta se detuvieron.

---Está bien mi señorita, pero si necesita algo no dude en llamarnos---dijo con voz preocupada Lina.

Cuando escuche como las pisadas se iban alejando, me tiré a la cama y las lágrimas por si solas comenzaron a brotar no me importó limpiarlas en ese momento necesitaba hacerlo mi cabeza dolía tanto por los recuerdos que se bombardeaban sin descanso y mi pecho se estrujaba por el dolor que me causaba toda está situación.

Porque debía de volver a vivir todo esto es que acaso con una vez no fue suficiente, porque las cicatrices de los tortuosos recuerdos que creía superados y olvidados dolían con mucha más intensidad.

"Duele, duele mucho sólo deseo volver a mi hogar a ver a mi verdadera familia..."

Mis ojos una vez más de sentían pesados, ojalá al abrirlos vuelva a mi verdadero hogar.

"Sólo deseo volver"

《Está vez no buscaré el amor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora