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-Dra Lea, que bueno que está aquí-dijo aliviado uno de los enfermeros-Está joven inrumpio de forma violenta en el hospital exigiendo que esa mujer debía ser llevaba al quirófano, sin siquiera saber nada de medicina-termino de informar el joven mientras en sus ojos se podía ver burla y superioridad.

Estaba seguro que con esto la doctora Lea sacaría a aquella joven alborotadora, que insistía que aquella sucia pordiosera necesitaba atención quirúrgica, cuando estaba claro que solo estaba fingiendo para recibir un techo y comida gratis del hospital, varios de su especie venían a diario a hacer lo mismo, por eso el doctor Raphael era el que autorizaba quien entraba y quien no dentro del hospital para evitar que los insumos sean gastados innecesariamente, si esa situación llegaba a ocurrir se les descontaba de su sueldo y eso era algo inaceptable.

"Porqué deberían invertir su dinero en unos andrajosos, eso era muy injusto."

-Y yo ya le dije que la mujer presenta un cuadro de apendicitis y si no la atendemos a tiempo será demasiado tarde-dijo ya arta Roseanne de repetir lo mismo, mientras volteaba en dirección a la persona recién llegada, tal vez esa persona si sea de ayuda.

Para sorpresa de ambas jóvenes ya se conocían y casualmente también fue ahí en la sala de emergencias, la joven de corte garçon comenzó a acercarse a Rosé para preguntarle cómo podía estar tan segura de sus afirmaciones.

Pero antes que pudiera decir alguna pregunta su mirada se dirigió a la mujer en la camilla observando que su vientre estaba hinchado y distendido, alarmandola, presiono levemente el vientre de la mujer para posteriormente alejar sus dedos y como respuesta recibió un fuerte alarido de dolor.

Por la forma del vientre de la mujer y su gran sensibilidad al dolor podía tratarse más que de una apendicitis aguda y entrar ya en un cuadro de peritonitis.

-Llama a Yvonne ahora-ordenó la joven de ojos negros a uno de los enfermos, para posteriormente ingresar al quirófano seguida de Roseanne.

Unos segundos después ingresó velozmente una blonda de cortos cabellos.

-¿Qué sucede Dra Lea?-preguntó aquella joven mientras trataba de regular su acelerada respiración por haber corrido tan sorpresivamente desde la planta alta hasta la sala de emergencias que se encontraba en la planta baja.

-Necesito que prepares el quirófano y al paciente realizaré una intervención quirúrgica de emergencia, pero antes dile a los enfermeros que se preparen entrarán conmigo-dijo Lea mientras se dirigía a prepararse.

-Sobre eso doctora, los enfermeros apenas me vieron llegar se fueron, diciendo que tenían asuntos más importantes que atender-dijo lentamente Yvonne temiendo la reacción de la joven de corte garçon.

Rápidamente las palmas de Lea se cerraron formando un puño y el coraje comenzó a invadir todo su cuerpo, para una intervención quirúrgica como mínimo se necesitan cuatro personas, incluso si salía afuera y amenazaba a otros enfermos para que la ayudarán no lo harían por la estúpida regla del doctor Raphael además no podían seguir haciendo esperar más al paciente.

"¡Maldición!"

-Yo puedo ayudar en la cirugía-dijo Rosé, haciendo que ambas jóvenes notarán recién su presencia.

-Agradezco su solidaridad señorita, pero no puedo permitir que alguien que no esté calificada entre deliberadamente a la sala de operaciones, así que espero pueda retirarse-dijo Lea con la poca paciencia que aún tenía.

-Y yo me temo que no podré acatar esa orden, siendo una doctora no me puedo permitir dejar un paciente, además usted también me necesita-dijo Rosé mientras se paraba con ojos llenos de decisión enfrente de la joven de ojos negro.

Fucsia y negro comenzaron una batalla de miradas, dando a entender que ningúna estaba dispuesta a ceder tan fácilmente a las afirmaciones de la otra.Pero eso acabo cuando otro grito de la mujer se escuchó pero está vez acompañado de lágrimas, haciendo que Lea sea la primera en bajar la mirada.

"El dolor que aquella mujer debe ser casi insoportable ya."

Cada minuto que se desperdiciaba era una probabilidad menos de que todo saliera bien.

-Ayudarás, pero debo de advertirte que no perdonaré ningún exceso de confianza-dijo Lea mientras arrastraba a Rosé a cambiarse.

No importaba cual sea el resultado como doctora a cargo ella se haría responsable de las consecuencias, además era cien mil veces mejor recibir un castingo pero saber que pudiste ayudar a alguien, a ser un cobarde y huir sabiendo que podrías haber ayudado.

"Oficialmente has perdido la razón Lea"

Al ingresar al quirófano ambas jóvenes observaron que estaban siendo esperadas por Yvonne y la mujer ya anestesiada y comenzaron a acercarse a la mesa de operaciones.

-Realizaremos una apendectomía de emergencia así que comencemos, bisturí-ordenó Lea mientras extendía su mano derecha para agarrar el instrumento y comenzar a hacer una pequeña incisión
en el lado inferior derecho del área abdominal.

-Separadores-ordenó Rosé está vez para la sorpresa de ambas jóvenes, pero la primera en salir de su asombro fue Yvonne y rápidamente se los paso, comenzando así a separar los músculos abdominales.

No hubo necesidad de remover y buscar tanto porque rápidamente se podía notar el apéndice completamente inflamado y rojo a punto de reventar, si se esperaban unos instantes más era seguro que la infección se habría propagado por todo el abdomen complicando las cosas.

-Tijeras-dijo Lea para posteriormente comenzar a corta totalmente el apéndice del intestino grueso.

-Pinzas-dijo Roseanne mientras con ellas ayudaba a la joven de corte garçon a extraer el apéndice del cuerpo de la mujer.

Yvonne no pudo evitar observar admirada a ambas jóvenes, eran tan buenas trabajando juntas además era la primera vez que alguien podía seguirle el paso a la doctora Lea, usualmente durante las intervenciones quirúrgicas siempre habían problemas ya que los demás ayudantes no ponían de su parte haciendo que la doctora Lea deba hacer maniobras para realizar las cirugías con éxitos.

Después de al fin haber extirpado el apéndice la joven de ojos negros comenzó a instilar solución salina estéril para limpiar la cavidad abdominal y borrar cualquier rastro de infección mientras la joven de ojos fucsia se encargaba de la succión, al terminar ambas jóvenes observaron por un tiempo el lugar para cerciorarse que no hubiera sangrado u otro daño.

-Sutura-dijeron al unísono las dos chicas, pero Roseanne fue más veloz y ella termino por suturar la herida mientras que Lea se encargó de vendarla.

-La intervención quirúrgica culminó con éxito, buen trabajo-dijo Lea para posteriormente salir de la sala de operación seguida de Roseanne-Lleva al paciente a una habitación de recuperación-ordenó a Yvonne la cual con una camilla se llevó al paciente.

Dejando solamente a ambas jóvenes que desde que habían comenzado la cirugía no se habían vuelto a ver la cara, la joven de corte garçon tenía la intención de romper ese incómodo silencio pero no hubo necesidad ya que un estruendoso grito lo hizo por ella.

Qué mierda crees que haces!



《Está vez no buscaré el amor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora