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Antes de que siquiera las dos personas dentro de la oficina pudieran reaccionar, una de ellas ya se encontraba en el suelo retorciéndose del dolor.

-¿Qué se suponía que hacías?-interrogó impasible Roseanne al hombre mientras hacía presión con su pie en la mano que hasta hace unos instantes sostenían un látigo.

En momentos así es que agradecía que Min Jae le enseñara defensa personal, para poder intervenir en situaciones de este tipo.

Flash Back

-Podrías decime por qué me traes aquí capitán Kim-cuestionó la joven de ojos fucsia al joven con traje militar.

-Para enseñarte a poder defenderte adecuadamente-respondió con simpleza Min Jae-Y antes de que esos hermosos labios suelten alguna protesta, debes de saber que no importa que seas doctora el peligro de encontrarte con gente escoria sigue siendo igual que el de cualquier otro individuo.

"Como hace unos momentos"

Si no hubiera llegado a tiempo no sabría que le hubiera hecho aquel hombre a Yang-mi, ella simplemente estaba haciendo su trabajo que era sanar a las personas y ese maldito depravado se quería aprovechar del gran sentido de responsabilidad de la blonda como doctora.

De tan sólo recordarlo nuevamente hacía que su sangre comenzará a hervir del coraje.

"Tonta, acaso no notas lo preocupado que me tienes"

Esa razón fue muy convincente para la blonda además lo que el joven decía se podía respaldar con lo que le pasó hace unos instantes, haciendo que accediera.

[ 3 horas después]

-Muy bien Yang-mi, simulemos que yo deseo atacarte-dijo el joven de ojos carbón mientras velozmente inmovilizaba a la susodicha.

Yang-mi no perdió el tiempo y contraatacó el ataque de Min Jae, comenzando una pelea por bien quien era el vencedor.

-Debo admitir que aprendes rápido Lee-dijo en un tono juguetón el de ojos carbón-Pero no lo suficientemente rápido como para vencerme-volvió a hablar mientras ágilmente invertia las posiciones colocando a la blonda debajo suyo.

-Eso crees-inquirió la joven de ojos fucsia para está vez volver a colocarse encima del hombre-Que decías Kim.

Pero el joven no respondió ya que se quedó ensimismado observando lo hermosa que se veía la joven con los rayos naranjados del atardecer sobre su rostro cubierto con algunos mechones de sus rubios cabellos, y sin pensarlo acercó su rostro al de la blonda.

Pudiendo apreciar como los magníficos ojos fucsia que hace unos instantes estaban llenos de competitividad y determinación eran nublados por la sorpresa.

*Bom Bom*

Con esa cercanía ambos jóvenes podían escuchar los erráticos latidos del otro, haciendo que surgiera la necesidad de saber si podrían acelerarse aun más si acortaban completamente la distancia entre ellos.

-Doctora Lee una emergencia-dijo una voz, haciendo que ambos jóvenes salieran de su burbuja.

Fin del Flash Back

Inevitablemente después de recordar aquello Roseanne no pudo evitar sentir un pinchazo de dolor en su corazón.

-Señorita, siempre y cuando usted me suelte podemos llegar a aclarar está situación-dijo en un tono suplicante el hombre, que poco a poco dejaba de sentir su mano por la presión que ejercia la joven de ojos fucsia sobre el mismo.

Aquello logro sacar a Rosé de sus pensamientos, haciendo que de mala gana dejará de pisarlo viendo como velozmente el hombre se levantaba y se dirigía detrás de su escritorio a modo de escudo por si la joven decidía volver a atacarlo.

-Lo que sucedió es que estaba dándole una lección a uno de mis subordinados por desobedecer a una de mis reglas-dijo el hombre mientras observaba con ira contenida a Lea-¿No está en su derecho el dueño de corregir a su perro si intenta morderle la mano?-pregunto con obviedad el hombre a Roseanne.

Pero esa explicación lejos de satisfacer a Rosé lo único que genero fue que la ira ardiera más vigorosamente por todo su cuerpo, pero debido a su enojo olvidó que en este mundo las personas con poder podían hacer lo que querían con las otras de rango inferior, ni siquiera tenían en cuenta los derechos básicos del ser humano, así que para la mayoría era normal este tipo de situaciones.

-Entonces si ese es el caso, también debería castigarme a mí-dijo Rosé mientras se ponía enfrente del escritorio del doctor Raphael-Después de todo yo soy la que trajo a esa mujer y exigí que la operarán.

-No señorita como podría hacerle eso, usted es una víctima más de la negligencia de la doctora Lea-dijo el hombre en un tono cargado de un imperceptible temor, realmente no sabía quien era esa joven que le resultaba tan familiar, sólo que no era una plebeya cualquiera a pesar de vestir un simple vestido azul su forma de caminar, expresarse incluso de mirar era tan parecido al de una noble, así que en lo que descubría quien era debía ser cauteloso para ver si no era una amenaza-En cambio haré que la responsable le ofrezca una disculpa por haberla hecho pasar un mal momento, Doctora Lea Bernard discúlpate.

La adolorida joven de ojos negros dirigió su mirada a Roseanne, dispuesta a cumplir lo que el hombre le ordenó ya que ella realmente accedió a asumir la completa responsabilidad de esta situación después de todo sabía de antemano que algo así iba a pasar, no era la primera vez.

-No hace falta, y vuelvo a reiterar yo también debo ser castigada después de todo también a partir de hoy soy uno de sus "subordinados"-respondió Rosé mientras colocaba encima del escritorio su carta de admisión como doctora de ese hospital.

Las dos personas restantes no pudieron evitar sorprenderse, a pesar de que el como director de ese hospital fue el que se encargó de escribir esas cartas no sabía realmente quiénes eran los destinatarios ya que simplemente las enviaba a los que hicieron la mayor cantidad de puntos correctos, los cuales no eran muchos ya que la mayoría eran plebeyos ignorantes.

La oficina se inundo de un silencio exasperante ya que el hombre no sabía que hacer ante está situación, pero eso cambio cuando en su cabeza se le vino la idea de vengarse de está joven por haberse atrevido a agredirlo en dos ocasiones en el mismo día.

-Bueno señorita Roseanne-dijo seriamente el hombre mientras leía el nombre de la susodicha de la carta-No puedo castigarla ya que al ser su primer día en el hospital no sabía las reglas, pero eso no quiere decir que saldrá impune de esto, será imposibilitada a entrar en un quirófano y siquiera respirar cerca de un bisturí hasta que yo la considere apta-dijo en un tono neutral el hombre pero dentro suyo había una burla y dicha inmensa.

"Mujer salvaje, eso te hará saber que nadie puede meterse conmigo sin pagar las consecuencias"

《Está vez no buscaré el amor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora