Capítulo 1

46 6 12
                                    

 -¡Entren a la Cafetería Ice Cream Love! ¡No se arrepentirán! ¡No solo los mejores helados sino que también tenemos el mejor café y las mejores donas!-Exclamó Johnatan afuera de la cafetería disfrazado de helado, solo se veía su cara que sobresalía del disfraz de helado de frutilla, tenía panfletos en sus manos, entregándoselos a personas que pasaban por la vereda del negocio-¡No se olviden que la siguiente semana hay especial, el cliente número 100 se llevará una caja de donas glaseadas gratis! ¡También hacemos fiestas de cumpleaños!-Se detuvo en un momento al ver que no pasaba nadie-Mierda, se me antojaba-Dijo sacando un paquete de cigarrillos de un bolsillo secreto del disfraz y puso uno en sus labios, lo encendió y comenzó a fumar jugando con el humo, mientras fumaba le hacía caras a través del vidrio a una de las camareras-Ven aquí.

 La chica de ojos rasgados se apresuró a dejar la última orden que le pidieron y salió hacia donde estaba Johnatan, su cabello negro atado en un moño bien ordenado, su uniforme de color azul bien presentado y una etiqueta con su nombre escrito en el pecho, del lado izquierdo, en su mano llevaba algo envuelto en una servilleta.

 -Johnny, llevas tres horas aquí ¿Crees que alguien entre?-Preguntó la joven entregándole el objeto que resultó ser una dona de chocolate-Pensé que podrías tener hambre, yo también la tengo pero mi madre dice que si como las donas de mi trabajo podría engordar y no quiero eso.

 -Lucy, no engordarás si haces ejercicio ¿A veces no sientes que tu vida es un ciclo entero de despertarte, estudiar, comer y dormir? Lo más interesante de mi vida es estar en un disfraz de helado.

 -Por lo menos es interesante-Lucy se detuvo en seco mientras le quitaba el cigarrillo al joven para darle una calada-Oye ¿Esa no es tu amiga? ¿Cómo se llamaba?

 El joven se sobresaltó al ver a la rubia acercarse, lo único en lo que pensó fue en entrar a la cafetería para esconderse mientras que Gisela pasaba por la vereda curiosa por el disfraz de helado y ató su cabello en un moño ordenado pero igual se despeinaba, mientras el pelirrojo se refugiaba adentro, Gisela hablaba con la morocha porque la reconoció a pesar de que la última vez que se vieron fue hace dos meses para el cumpleaños del chico pelirrojo, el joven pensó en esconderse en el baño y no salir hasta que su compañera le avisara, él se escondía porque realmente tenía vergüenza de su trabajo y además le había dicho a todos que él trabajaba como mesero dudando de si iba a durar porque sus amigos eran inteligentes.

 El pelirrojo esperó unos minutos a salir y se paseó entre las mesas disfrazado, vio a Lucy que estaba afuera fumando el cigarrillo, todo estaba a salvo pero salió hacia la calle aliviado de que la muchacha se hubiera ido, por lo que le comentó su compañera ella mintió diciendo que él estaba hablando con el dueño de la cafetería porque no se le ocurría nada más; estuvieron hablando por unos minutos, Lucy sabía todo sobre lo que sentía el pelirrojo por la chica rubia.

 La relación entre ellos dos era una de las más extrañas, estaban horas hablando de muchas cosas, a veces se encontraban para tener relaciones pero nunca llegaban a más porque Johnatan nunca llegaba a sentirse del todo seguro, hacerlo ahora bien quería tener sexo pero siempre había algo en su interior que lo detenía, siempre que eso ocurría y sentía que algo mal había con él porque siempre se sentía menos hombre.

 Johnatan se perdió en sus pensamientos, hasta que la morocha chasqueó los dedos frente a su cara haciendo que él dirija sus ojos brillantes hacia ella, el turno de ellos había terminado, Johnatan volvió adentro para cambiarse e ir directamente a la universidad, él nunca tenía tiempo para comer el almuerzo, siempre se llevaba un par de donas o tostadas y eso era el almuerzo cuando iba del trabajo a la universidad.

 El chico se encontraba en la clase, a pesar de que le apasionaba lo que estudiaba las clases se le hacían de lo más aburridas porque se la pasaba dibujando en su cuaderno mientras prestaba atención a la clase, Camelia estaba a su lado suspirando a cada rato pero tenía su cabello atado en una trenza y tenía unas ojeras dándole a entender al pelirrojo que su amiga no había dormido bien, se la notaba algo triste.

HundimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora