Capítulo 23

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 Acá les traigo el capítulo nuevo de Hundimiento, pongo una advertencia de que es demasiado intenso y si alguien está teniendo problemas con su salud mental y piensan en hacerse daño a sí mismxs, sé que es difícil pedir ayuda pero pueden hablar con familiares, amigxs o buscar ayuda profesional, ya sé que en los estados de la depresión pueden pensar que no valen nada pero en realidad valen un montón, en fin, acá está el capítulo...

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 Johnatan había elegido esa mañana para adelantar su tarea de la universidad, tenía miedo de regresar por todas las cosas que decían de él, jamás pensó que le preocuparía tanto lo que dijeran de él, mientras escribía con su lápiz sobre las hojas de papel estaba pensando en la notificación de la policía de Boroondara, habían empezado a buscar a la castaña por su ciudad natal pero estaban bajando sus brazos, lo hizo por Melbourne y otros lugares alrededor porque ya era preocupante su desaparición y a él le costaba concentrarse sabiendo que Gisela tenía algo que ver con su desaparición, él siempre vio a la rubia como una chica inocente y jamás pensó que llegaría a hacerle daño a alguien pero ahora su pensamiento estaba transformándose mientras arrancaba una hoja al sentir que estaba haciendo todo mal.

 El pelirrojo decidió hacer una pausa para fumar un cigarrillo frente a la ventana, ya tenía el cenicero de vidrio en el marco de madera y un cigarrillo a punto de ser encendido, apenas lo encendió y ya estaba inhalando el humo pero exhalando por la boca, soltando todo y el humo bailaba en su rostro mientras observaba los edificios a su alrededor, grises porque estaban sin color, al igual que él y su tristeza era inmensa pero ni siquiera podía llorar y quería hacerlo pero estaba muy entumecido como para soltar lágrimas, se llevaba el cigarrillo a los labios y cada vez que lo hacía sentía las voces en su cabeza volverse más ruidosas, todas decían lo mismo: "Hazlo". Él sabía perfectamente a lo que se referían pero tal vez estaba deprimido, estaba luchando contra las órdenes de esas voces que necesitaban algún medicamento para callarse.

 El muchacho ya había terminado su cigarrillo y por un instinto pensó que sería el último del día, quedaba solo uno en su caja pero decidió que no era necesario fumarlo en ese preciso momento, tenía la evidencia de Claire hablando por teléfono con la morocha en su celular, debía llevárselo a su abogado, su padre; si le contaba a alguien seguro dirían que debía estar feliz pero no lo estaba, solo quería estar en su cama pero dormir por unos siete días seguidos y dejar que el mundo se alejara de él o se cayera a pedazos, lo que pasara primero porque nunca hablaba con dios, creía que dios lo había abandonado hacía bastante tiempo pero sus palabras serían "Ayúdame o arráncame la vida, una de dos".

 Johnatan estaba preparando su almuerzo, había hecho las compras pero no quería esforzarse en preparar algo complicado así que simplemente preparó un par de hamburguesas con una ensalada que ya venía hecha, comió demasiado poco pero comparado con lo que solía comer antes de que los problemas vinieran tocando a su puerta era mucho, estaba sin apetito y sus ojos estaban agotados con bolsas negras debajo de sus ojos, siempre se acostaba a dormir pero lo malo era que no dormía, tenía pesadillas que se trataban de perder a la castaña queriendo morir porque perder a sus amigos era su peor pesadilla y la poca familia que le quedaba porque era una pesadilla que pensó era cínica, de alguna forma se sentía dulce porque la pesadilla se trataba de él perdiendo la vida, se sentía alegre en ese sueño.

 Se despertaba al momento que las pesadillas terminaban como si fueran una programación que empezaba a la medianoche y cuando despertaba miraba el despertador y se daba cuenta que solo había dormido diez minutos, diez minutos en los que ni siquiera tenía dulces sueños, todo era amargo y oscuro, triste...los últimos días hacían juego con su estado de ánimo, días nublados en los que el sol no se atrevía a aparecer y las noches eran frías y oscuras, quería pasar sus noches con Camelia pero ella ni siquiera aparecía, en ese momento odiaba a Gisela, por engañarlo con su apariencia de cordero herido cuando en realidad podía ser el lobo más terrible.

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