La joven no paraba de estudiar para cuando llegara el regreso de clases, se encontraba en una mesa de la cafetería tomando su quinto café del día incluso cuando Johnatan no trabajaba en ese horario, esos últimos días la chica se hizo muy amiga de las compañeras de la universidad de Zoe y estaban reuniéndose muy seguido pero ella a pesar de que le gustaba socializar, necesitaba su tiempo a solas y sus pasatiempos personales, estudiar no era uno de ellos pero realmente quería hacerlo porque tenía miedo de quedarse atrás debido a que había faltado a muchas clases de la universidad, era comprensible sonriendo porque había pasado por un terrible drama en medio del invierno saliendo con vida; había muchos clientes esa tarde pero ella no tenía tiempo para distraerse.
Camelia pudo notar que la mayoría de los meseros estaban cansados, el castaño no tenía la misma sonrisa de siempre y parecía que estaba por quedarse dormido en el mostrador a pesar de que eran las cuatro de la tarde, él simplemente levantó la mano y le dedicó una sonrisa débil, mientras ella volvía a sus estudios las personas a su alrededor hablaban y reían, sacaban fotos a sus cafés con dibujos de corazones, a ella no le gustaba demasiado eso pero cuando le daban un café con un dibujo después tenía lástima de tomarlo, su celular estaba lleno de mensajes sin responder y llamadas perdidas de sus padres, no tenía muchos problemas pero solo necesitaba un tiempo de aislamiento de vez en cuando por eso la mayoría de las veces su celular estaba en modo avión.
La morocha de ojos rasgados se sorprendió cuando Camelia había pedido su sexta taza de café y se preocupaba por el dinero de la castaña pero al parecer su propósito era gastarlo en café, Lucy se lo había servido con una sonrisa y sin decirle nada, después de todo ella estaba haciendo buen dinero, la máquina de café era un enigma para la joven asiática, solo sucedía con ella, a veces estaba de humor para funcionar bien y otros días se descomponía siempre que Lucy intentaba usarla pero por suerte ese día no era uno de esos, vio que la castaña estaba estudiando con mucho esfuerzo así que le preparó unas rosquillas de chocolate.
Ella era buena con todo el mundo, tanto que a veces se olvidaba de sí misma.
Johnatan se encontraba en el estacionamiento del centro comercial esperando a Zoe, estaban preparando una sorpresa para su compañera de piso, era algo más de amigas pero el pelirrojo quiso participar cuando escuchó que se trataba de Camelia, supo por la mejor amiga de la castaña que Camelia se internó en la cafetería a recorrer con su mirada los libros de la universidad mientras que ellos iban a comprar algunas decoraciones y cosas para una pequeña fiesta sorpresa, el motivo de la fiesta era darle una alegría a la chica que últimamente se veía demasiado cansada, Johnatan decidió esperar junto al auto de Zoe mientras que ella iba a gastar su dinero en las preparaciones.
Él estaba preparado pensando constantemente en las palabras que le diría al entregarle nuevamente su anillo de color rojo, quería que fuera algo significativo, no tan dulce empalagoso y no quería hacerlo frente a tantas personas, todos sabían que ellos estaban enamorados y que se amaban pero siempre fueron ellos contra el mundo y recordaba todos los momentos a solas que tuvieron ya fuera desnudos en una cama o refugiados en sillones abrazados como si fueran niños en medio de una tormenta, Johnatan odiaba las tormentas pero siempre pensó que su mejor amiga le enseñó a bailar en medio de la lluvia y él quería enseñarle a ella que era luz de sol alumbrando sus días nublados.
Ese día era tan nublado como lo fue gran parte de su vida pero a él ya no le importaba porque tenía un romance con el cual crear nuevas memorias.
Camelia vio las primeras gotas estamparse en el vidrio de la ventana de la cafetería, era una lluvia inesperada y muchas personas corrían en las calles cubriéndose con diarios o refugiándose bajo techos de negocios porque los locales que esperaban clientes decepcionados parecían ser un gran resguardo, solo recibieron personas que no querían mojarse mientras ella esperaba estar bien de salud porque la castaña ya había tomado su sexto café y estaba decepcionada de que la cafeína le hubiera dado un efecto rebote, la cantidad de café que tomó le dio tanto sueño que su rostro estaba igual al de Chase, la chica se encontraba agotada y estaba aprovechando de guardar todos sus apuntes pero con demasiada pereza, preparó el dinero para llevarlo al mostrador, pudo notar como una cabellera pelirroja entraba a la cafetería pero no se trataba de Johnatan.

ESTÁS LEYENDO
Hundimiento
Fiksi RemajaJohnatan Harris siempre se mostró como el chico despreocupado, divertido, siempre positivo pero eso solo es la superficie, en un largo viaje para encontrar autoestima y superar los obstáculos que le imponen las voces en su cabeza Johnatan trata de a...