Capítulo 15

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 Johnatan ya había vuelto del hospital junto a la castaña y Zoe, todo se encontraba en orden más la castaña esa noche iba a descansar e iba a faltar otro día en la universidad, Johnatan se quedó a dormir en el departamento de las chicas, durmió en la cama de Camelia y a la mañana siguiente el pelirrojo despertó con toda la energía listo para regalarle un día maravilloso de descanso a su mejor amiga, quería hacerla feliz e intentar alejarla de sus pensamientos esperando que le hiciera bien porque no quería que se quedara en su cama todo el día durmiendo entre cobijas.

 El pelirrojo despertó a Camelia de manera delicada con una bandeja donde habían café y tostadas preparadas con manteca y azúcar, la chica aceptó el desayuno despertando pero con su boca seca, daba mordiscos a sus tostadas y tomaba de a pequeños sorbos su café, Camelia trató de traerle a la cabeza al chico sobre el trabajo pero ese día era un día libre para ambos, el pelirrojo quería despejarla de la universidad y de los problemas de su vida, de paso él también se despejaría de todo lo que ocurría en la rutina, cuando la joven terminó de desayunar se entusiasmó porque él lavó el plato y la taza mientras ella se cambiaba el vestido con el que había dormido también recibió una llamada de su hermano.

  -James, todo está bien y Cam mejor también tenemos el día libre-Dijo Johnatan por el teléfono-Cam no se encuentra del todo bien y quería darle un lindo día para despejarse, pasé la noche aquí porque estaba preocupado.

  -Bueno, hoy me mudaré a mi departamento nuevo y solo quería avisarte eso-Comentó James.

  -Genial, ya puedo volver a dormir desnudo y sin que un idiota me patee toda la noche.

  -No necesitaba esa información.

  -Cortaré porque Cam ya está saliendo.

  Camelia salió de la habitación al mismo tiempo que el chico cortaba la llamada, ella estaba vestida con unos vaqueros azules y una remera blanca mangas cortas que tenía el dibujo de un corazón celeste, ambos decidieron salir a dar una caminata por la ciudad, a pesar de que el invierno se acercaba el clima estaba bastante templado con el sol entre las nubes desprendiendo el calor de sus rayos, ambos caminaban entre risas tomando de helados, Camelia reía al ver el bigote de helado de frutilla que se le había formado en el labio a Johnatan.

  El pelirrojo terminó su helado y se pasó la lengua por el labio superior, quitándose el resto de helado de su boca, en ese momento estaban pasando por la playa, los dos se sentaron en la arena, Johnatan esperaba a que su amiga terminara su helado, terminó de comer el cucurucho y las personas a su alrededor que estaban trabajando, ellos tenían un tiempo para ellos sentados en la playa mirando las olas del mar, mirando cómo estas traían caracoles y algas hacia la orilla, mientras que Camelia se apoyaba en el hombro de su amigo pero él la miró con una sonrisa burlona.

  -¿Qué pasa?-Preguntó Camelia mirando como Johnatan se sacaba la remera-¿Qué haces?

  -Vamos al mar-Dijo Johnatan quitándose los pantalones azules.

  -Estás loco.

  -Vamos, hace calor, sé que quieres ¡Te espero adentro!

 El chico nadaba en una zona en la que hacía pie pero era un poco hondo, miraba a la distancia a Camelia que se estaba parando, quitándose la ropa pero a la distancia podía ver la ropa interior de la chica con los colores que no combinaban, la parte de abajo era de color roja y el corpiño era negro, la castaña nadó como perrito hasta alcanzar a Johnatan pero él se movía en círculos alrededor de ella y la alzaba con sus brazos arrojándola hacia el agua ya que ella no quería mojar su cabello pero el pelirrojo la obligó en medio de risas.

  La miraba reír y sentía que quería verla con una sonrisa permanente, ver a Camelia feliz significaba que él estaba feliz, quería congelar ese momento en su memoria porque estar nadando y jugando con ella como si fueran niños en vacaciones en la playa era una forma de amor que jamás había experimentado, a pesar de que no eran vacaciones y tenían trabajo que hacer pero eso no importaba, ese momento era de ellos y podrían repetirlo en sus mentes en tiempos desesperados, cuando se sintieran mal porqu al borde de la desesperación todo se teñía de negro, ellos repetirían ese momento como si fuera un amortiguador; él vio las heridas en las piernas de Camelia pero no quiso decir nada, el tiempo sanaría.

HundimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora