La cerebrito.
Luego de pasar más de una hora hablando con Prissy, explicándole la situación y mostrándole los vídeos, ella claramente estuvo dispuesta a apoyarlos, independientemente de lo que decidieran hacer, así que ahora se podría decir que estaban en la fase final del plan.
Y la favorita de Anne.
Quemar a las brujas.
Por lo cual, no dudaron en dirigirse a la mansión Barry, donde Diana ya tenía al par de hermanos sentados en el sofá de su living.
Los cuatro fruncieron el ceño al ver a la joven Shirley acompañada de Gardner.
—¿Qué hacen ellos aquí?— Christine es la primera en cuestionar su presencia, apuntándolos y exigiéndole a la pelinegra una explicación.
Diana le dedicó una sonrisa perversa.— Ellos están aquí para darles una cucharada de su propia medicina.
Jane negó descaradamente ante esa declaración.— Cuidadito con lo que haces, Dia...
—Creo que los que deben tener cuidado con lo que dicen son ustedes.— la interrumpe Anne, dándole una mirada cómplice a su alma gemela y recibiendo cuatro pares de miradas confundidas.
Roy asiente, ignorando que Billy está por decir algo.— Por favor, absténganse de comentarios, hasta después de ver el vídeo.
—¿Vídeo? ¿qué vídeo?— inquiere Jane, el pánico invadiendo su rostro.
—Ustedes solo disfruten.— le responde Anne en el momento en que el joven Gardner le pasa su móvil a la menor de los Andrews, enseñando uno de los vídeos que ellos conocían a la perfección.
Conforme avanza el vídeo, las caras de los cuatro se van transformando de a poco, con Ronald y Billy, muertos de miedo, Jane apunto de desmayarse y Christine soltando chispas.
—¿De dónde sacaron eso?— espeta la joven Stuart.
Anne, con su sonrisa triunfante, se encoge de hombros.— Creo que eso es lo menos grave de esta situación, después de todo, con este vídeo tanto tu hermano como el de Jane pueden y van a terminar pagando por lo que hicieron.
La pelinegra de ojos azules se levanta hecha una furia.— ¡No te atrevas!
Y cuando se dispone a atacar a la pelirroja, el castaño se interpone.— Ni siquiera lo pienses.
—Ustedes le muestran a alguien más ese vídeo y no dudaré en publicar todas las fotos de Diana en internet. Solo imagina lo decepcionados que estarán mamá y papá Barry de ver como todos comentan y murmuran por el pueblo sobre el cuerpo de su hijita.— amenaza Christine, observando a la más afectada en cuestión.
La joven de pecas se puso tan roja como su cabello.— Ni tú, ni absolutamente nadie puede andar divulgando fotografías que fueron tomadas sin el consentimiento de la persona, estás vulnerando sus derechos y...
Antes de que Diana pueda interrumpir a su amiga, la joven Andrews intercede.— Creo que es muy fácil lo que haremos, nosotros los dejamos en paz y ustedes a nosotros, nadie publicará, ni divulgará esto a alguien más. ¿De acuerdo?
Y aunque Anne no estaba ni un poquito de acuerdo con eso, porque lo que consideraba correcto era hacer justicia por su amiga desde la raíz y no superficialmente, no pudo objetar al ver la mirada que le dedicaba Diana.
Mirada que le imploraba dejar las cosas así.
Mirada que pedía a gritos no pasar por aquella humillación.
—De acuerdo.— contestan tanto Anne como Christine.
Al sentir finalmente una ola de alivio, la joven Barry voltea a ver a las cuatro escorias.— Bien, siendo así, ya pueden irse de mi casa y no volver, nunca más, rapidito, ¡largo de aquí!
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Losers | Shirbert.
RomanceGilbert y sus amigos han vivido con la etiqueta de perdedores desde que eran niños. La vida les enseño de la peor forma que poco se puede llegar a confiar en las personas. Pero aquel paradigma cambia para él cuando Anne Shirley-Cuthbert aparece en s...