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Deportes y abusos.

Cuando recién comenzaron las clases la primera semana de septiembre, el ambiente universitario solo parecía concentrarse en proyectos y deberes, dejando de lado cualquier actividad extracurricular.

O al menos eso fue lo que pensó Anne hasta que llegó octubre, mes en que se dio inicio a la tan amada temporada de fútbol canadiense, conocido como el segundo deporte más popular después del hockey sobre hielo.

Avonlea College no se queda atrás en lo que respecta a eventos deportivos, pues, todos —incluyendo nerds y góticos que odian los deportes— estaban dirigiéndose al campo de juego.

—Creo que aquí aman más el fútbol canadiense que en Queen's.— musita Anne, sentada en la primera grada, en medio de Diana y Minerva. Al otro costado de la pelinegra está Royal y en el otro costado de la castaña está Gilbert.

Y eso era lo más cerca que había logrado estar de él en más de dos semanas.

Porque, aunque ahora se llevaba con todos sus amigos, él parecía estar muy ocupado con sus clases de medicina y en el bar de Bash, o esa era la excusa que daba seguramente para no tener que verla.

El castaño soltó una carcajada, acomodando su cabello.— Bueno, eso se debe a que Queen's se enfoca más en hockey sobre hielo.

—Creí que Cole había dejado el equipo de porristas.— comentó vagamente su alma gemela, observando al rubio junto a las demás animadoras.

El azabache contesta a su pregunta no formulada, sin despegar los ojos de su libro.— Solo estuvo incapacitado el semestre pasado por el accidente que le provocó Andrews.

—¿Accidente?— espeta Anne, volteando a verlo, pero sin recibir ni una mirada de su parte.

En su lugar, la castaña contesta su interrogante.— Antes del verano, Billy hizo que se cayera en una práctica y se partiera la mano, duró por lo menos tres semanas incapacitado, pero Josie y la entrenadora lo convencieron de no estar en el equipo ese semestre.

—Eso explica porque parece niño de cinco años en una dulcería.— expresó Gardner, logrando que los demás vieran como el rubio daba mil y un volteretas, aun cuando no había iniciado el partido.

Josie y Ruby también eran parte del equipo de animadoras, con la rubia mayor siendo cocapitana junto al joven Mackenzie y la rubia menor siendo nueva integrante del grupo.

Sus uniformes eran de color vino tinto, con los bordes de las mangas y franjas grises —en el caso de las faldas—, el pantalón del rubio era completamente gris, luciendo el escudo de Avonlea College en el pecho y en la parte superior de la espalda lucían sus apellidos en plateado.

La orquesta universitaria comenzó a tocar cuando los jugadores de Avonlea College empezaron a llegar, siendo encabezados por Moody quien, al recibir todos los aplausos y la bulla por parte de sus compañeros, se deslizó por el campo como estrella de rock y se arrancó la camisa, gritando como loco, recibiendo todo el ánimo del estudiantado.

Anne se sorprende ante su acción.— ¿Va a jugar sin camisa?

La princesa Barry niega al ver su expresión.— Moody siempre lo hace en cada juego, el entrenador le trae camisas de repuesto porque ya sabe cómo es.

Eso le pareció inusual a la joven Shirley, pero no era importante, pues ver la emoción que irradiaba el castaño, el cual, alzaba a Ruby mientras le daba vueltas y se reían, la hacían feliz.

Eran la pareja más adorable que había visto.

—Oye, Anne, ¿podrías tomarnos una foto? Por favor.— le habla Minerva, entregándole su celular y apuntándose a ella y al joven de rizos repetidas veces.

Losers | Shirbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora