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Cumpleaños de terror.

Para algunas personas, la celebración de los cumpleaños era un evento de suma importancia, que jamás alguien debería pasar por alto, después de todo, se conmemora el día en que llegaste al mundo por primera vez, cada año.

Para Gilbert, era como cualquier otro día, por ende, no se emocionaba cuando el día llegaba, sin embargo, eso no quería decir que no apreciaba con el alma lo que sus seres queridos hacían por él.

Actos como los de Bash y Mary, que le compraban ropa y le horneaban un pastel desde que lo conocieron y decidieron que sería como su hijo adoptivo.

O la dicha que sentía de compartir el día en compañía de sus amigos, porque, aunque ellos pensaban que él agradecía todos los obsequios que le daban, lo que él verdaderamente agradecía era tenerlos en su vida.

Era afortunado de tener personas tan maravillosas en su día a día.

—Amigo, me parece una falta de respeto que ya no tengas galletas en la despensa.— murmura un ofendido Moody, hurgando en las gavetas de madera.

A pesar de que asaltaban su cocina con frecuencia.

Minerva le da un zape.— Deja de comer y ayúdame a preparar las arepas para el desayuno.

Así comenzó su cumpleaños, con los dos castaños cocinando, él y Ruby sentados frente a la barra de la cocina, los otros dos rubios estaban en la sala.

—Sí, háganle rápido, tengo hambre.— vocifera Cole, sentado en un sillón y cambiando de canal con aburrimiento.

Gilbert soltó una carcajada al notar la mirada mortal que sus amigos le dirigen al joven Mackenzie.— Ten cuidado, no quiero asesinatos hoy.

Josie se levantó del sofá con sus aires de diva.— Las únicas muertes que habrán hoy serán las de todos ustedes al ver lo fabulosa que me veré con mi disfraz.

Ruby le observa curiosa, moviendo los pies como la niña pequeña que sigue siendo.— ¿Y si nos das una pista de qué será tu disfraz? Por favorcito.

La ojiazul niega.— No voy a arruinarles la sorpresa, solo diré que Cole y yo seremos el dúo con mejor disfraz.

El joven Spurgeon resopla, dándole la vuelta a una de las arepas con su espátula.— Lamento decepcionarte, pero mi Rubs y yo arrasaremos con todos.

Gil y Min se sonrieron con complicidad, siendo el azabache, el primero en vociferar.— Sigan soñando, nosotros ganaremos hasta con los ojos cerrados.

—Bueno, en ese caso.— espeta el chef del grupo, acercándose a la barra junto a la futura abogada.— Que gane el mejor dúo.— finaliza, colocando su puño para que los demás le imiten.

Cosa que todos hacen, con los dos rubios también apoyándose en la barra, se sonríen los seis, pero sin perder sus miradas de competitividad.

—¡Que gane el mejor!— exclaman juntos, levantando sus manos al aire.

El momento se ve interrumpido ante un olor a quemado.

La joven Gillis se sobresalta en su asiento.— ¡Amor! ¡Las arepas!

Los demás voltean hacia la dirección que su amiga está apuntando, logrando que el castaño corra hasta la estufa y apagué el fogón, regresando a la barra y dejando la arepa quemada en un plato.

—Aquí tienes.— expresa, pasándole el plato al rubio.— Tenías hambre, ¿no?

—Muy gracioso.— responde él, con las risas de sus amigos de fondo.

Losers | Shirbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora