13. Akaashi "Dios Griego" Keiji

1.4K 183 115
                                    

Número de palabras: 3771

Número de palabras: 3771

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La había cagado.

Bokuto no tenía ni la menor idea de qué mal había hecho para que Akaashi Keiji lo evitara. A veces podía ser un poco lento, pero eso no quería decir que pasara por alto la reciente apatía del azabache ¡Ya ni siquiera se reía de los memes que le enviaba!

Definitivamente había hecho algo para molestar a su amigo, ahora solo debía averiguar qué era eso.

Pudo haberle pedido consejo a Kuroo, pero tenía la urgencia de develar aquel misterio él mismo ¡Él era el experto en Akaashis, no Kuroo!

¿Se negaba a pedir ayuda por culpa de su habitual tozudería? Era muy probable, pero ni siquiera estaba seguro del significado de la palabra tozudería así que eso no le generaba ningún remordimiento, si Keiji no estuviera evitándolo tal vez le hubiera preguntado si usó bien aquella palabra.

La única pista que tenía era que sus evasiones habían comenzado después de que el menor lo invitara a salir, no era posible que hubiera dicho algo que lo molestara, aunque... sintió que Akaashi le quiso decir algo cuando le preguntó qué pasaría si lo estuviera invitando a una cita.

Pero fue solo su imaginación, ¿no? Aun si el menor tenía sentimientos por él, el mismo Akaashi le había repetido incontables veces que no quería tener citas ni una relación por el momento.

Citando sus palabras "No puedo dedicarle el tiempo ni la atención que no tengo a otra persona".

No obstante, Kotaro creía fervientemente que él podía ser la excepción.

No era por darse aires de grandeza pero, por muy lento que fuera, era consciente de que Keiji tenía cierto favoritismo por su persona. No fue fácil, le tomó muchos meses volverse el amigo más cercano que tenía y de paso probar que era digno de robar el poco tiempo libre del que disponía Akaashi Keiji.

¿Qué tan difícil podía ser cambiar la naturaleza de la relación que compartían?

Bajo esta despreocupada lógica, hace algunas semanas llegó a la conclusión de que era hora de confesar sus sentimientos. Solo tenía un problema: no quería que su confesión fuera mediocre, que en su lenguaje significaba que debía hacer un gesto romántico que no se pagaba sólo.

Tampoco esperaba darle un anillo de diamantes para decirle que hacía más brillantes sus días, aunque lo haría si pudiera... Tendría que dejarlo para la posteridad, cuando no fuera un universitario quebrado; pero al menos planeaba comprar una mísera docena de rosas y la edición especial del libro que le mencionó hace un par de meses con ojos brillantes de ilusión.

Si tenía suerte podía darse el lujo de invitarlo a una cena romántica, sin embargo, se conformaba con las dos primeras cosas de la lista.

Podía costear todo con lo que le daban mensualmente, pero quería comprarlo con su propio dinero. Eran los primeros obsequios de cortejo que le daría al amor de su vida ¡No podía comprarlo con el dinero de sus padres! Se vería como un niño mimado incapaz de esforzarse para regalarle algo a la persona que amaba.

Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora