28. Día D

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Pudo haber sido peor, ¿cierto?

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Pudo haber sido peor, ¿cierto?

Es decir, la cena junto a su familia había estado igual de genial que siempre.

No todos los días era posible reunir a todos los Bokuto en una mesa, sobre todo a sus hermanas, pero hacían lo posible para respetar fechas como esa.

Su familia siempre aprovechaba cualquier festividad para tener una cena familiar, así había sido desde que Kotaro tenía uso razón.

Sin embargo, algo lo estaba molestando.

—¿Por qué tienes esa cara? —le preguntó su madre—. Sé que el mochi de tu padre no es el mejor manjar del mundo, pero tampoco es para que frunzas el ceño —continuó diciendo a pesar de las quejas de su esposo por el comentario sobre su mochi.

—No es eso, no he sabido nada de Akaashi en todo el día —dijo un tanto decaído.

—Akaashi esto, Akaashi lo otro, ¿cuándo nos piensas presentar a tu preciado novio? —intervino la hija mayor del matrimonio Bokuto.

—Todavía no somos pareja, así que tendrán que esperar —respondió Kotaro sin desviar su atención del mochi.

—Cuánta confianza —comentó su otra hermana.

Bokuto tuvo que esperar hasta la mañana siguiente para saber algo del pelinegro, cuando la madre del chico respondió la llamada que marcó al celular de Keiji.

No hubo mucho tiempo para desearse feliz año nuevo, pues el espíritu festivo se vino abajo cuando Umeko lo puso al tanto de la situación.

En resumen, el día anterior Keiji había tenido su primer celo sexual.

Pero eso, y que ahora estuvieran en el hospital haciéndole pruebas para poder recetarle supresores, no era lo preocupante.

Lo verdaderamente alarmante fue saber que el celo de Akaashi había empezado cuando estaba de regreso a casa. En mitad de la calle. Solo a su suerte.

No quería imaginar la angustia por la que debió pasar Akaashi en ese momento, ni tampoco quería pensar en todo lo que pudo salir mal.

Por suerte, las cosas no pasaron a mayores gracias a que estaba a unas pocas calles de su casa y como era nochevieja las zonas residenciales estaban vacías.

Luego de la breve explicación, Umeko sencillamente le dijo que esperara a que Keiji se comunicara con él —lo que sería entre ese día y el siguiente.

Obviamente le tranquilizaba un poco saber del paradero de Akaashi, sin embargo, estaría más calmado si hubiera podido escuchar su voz.

De todas maneras, era un alivio saber que ya no debían preocuparse de que algo malo pasara si Keiji entraba en celo.

Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora